Situaciones que en cualquier lugar del mundo son escandalosas pero para nuestros grandes medios de comunicación son normales únicamente porque las cometen uribistas:
- Dejar la declaración de renta en cero y decir que los demás pagan muy pocos impuestos.
- Tener un laboratorio de procesamiento de cocaína en tu finca en plena sabana de Bogotá mientras te lamentas que en el gobierno anterior se incrementaron las hectáreas cultivadas de coca.
- Mejorar tus estadísticas militares matando gente humilde y desarmada y haciéndola pasar por guerrilleros ("no estarían recogiendo café").
- Ganar la presidencia comprando votos. Si te pillan, no te preocupes por demostrar tu inocencia, simplemente dices que quienes te denuncian son unos criminales así sea que meses antes posabas abrazado a ellos.
- Denunciar ante la ONU las violaciones de los derechos humanos de tu vecino pero cuando la ONU denuncia las violaciones que ocurren en tu país decir que es una injerencia inaceptable.
Bueno y si se trata de la oposición cambia la cosa, los titulares pueden convertir cualquier acto licito y cotidiano en un pecado mortal:
- Recibir 30 millones de pesos en efectivo.
- Usar zapatos de marca Ferragamo.
- Ir de vacaciones a Disney.
- Denunciar la corrupción, te vuelves un tipo toxico y polarizador.
- Tener casa propia.
- Ser libretista de novelas que reflejan la realidad de tu país.
Al final la moraleja la canta Enrique Santos Discepolo en su tango "¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!..." ("¡En el quinientos diez y en el dos mil también!").