Sería extraño pensar que existen personas en Colombia que no opinan nada acerca de los sucesos de la vida pública. Más, conociendo la dinámica sensacionalista en donde en todas las semanas hay: una noticia deportiva, una razón por la que los medios de comunicación se rasgan las vestiduras por las conductas de la clase política y el último suceso de la farándula criolla. Y la otra semana, borrón y cuenta nueva.
Los temas de esta semana se centraron en la Selección Colombia y su clasificación a cuartos en la Copa América, y el hundimiento del proyecto de ley que pretendía eliminar el beneficio de casa por cárcel a quienes cometieran actos contra el patrimonio público. El último de ese tan aclamado paquete legislativo contra la corrupción.
El enfado y descontento que se logra transmitir a través de los medios de comunicación y Twitter es comprensible. No obstante, me parece que es necesario resaltar el abuso (o quizás en realidad sea ignorancia) por parte de nuestros honorables congresistas de los procedimientos establecidos en la Ley 5 de 1992 (por medio de la cual se expide el Reglamento del Congreso), que no es algo que sucedió únicamente el día miércoles 19 de junio del 2019. Este mecanismo, es decir la omisión, desconocimiento o modificación de procedimientos propios del trámite legislativo se ha convertido en la herramienta para hundir aquellos proyectos de ley frente a los cuales sería políticamente incorrecto votar en contra. Así que se adoptan estrategias como la votación de los impedimentos de forma individual, se postergan debates indefinidamente, y como buenos colombianos se deja todo para último momento.
Esta estrategia, como pueden haber observado, tiene un alto grado de efectividad. Es más, si los honorables miembros del Congreso de la República, quienes fueron elegidos para representar al pueblo colombiano dentro del cualquiera de sus dos cámaras, no conocen los procedimientos establecidos (desde 1992) para el correcto desarrollo de sus labores. Imagínese cuántas personas de a pie tienen conocimiento de dichos procedimientos.
¿No me cree? Lo invito a que haga el ejercicio, pregúntele a la persona que tiene al lado si sabe qué es una legislatura [ver respuesta al final del texto].
¿Ahora sí me entiende?
Lo anterior lo menciono con un único propósito: resaltar que frente a sucesos como estos la opinión pública muestra un enorme descontento. El ciudadano de a pie entiende que un proyecto de ley bien intencionado no cumplió los procedimientos necesarios para convirtiese en ley. Adicionalmente intuye que los procedimientos no se agotaron por alguna triquiñuela de los honorables congresistas. Pero al final de cuentas, esto no pasa de un tema que se habla por una o máximo dos semanas.
Sinceramente me niego a creer que las personas que ostentan los cargos de senadores y representantes a la Cámara son ignorantes de estos procedimientos. Prefiero creer que hacen las para evitar ser políticamente incorrectos. A creer que son unos ignorantes en el tema.
No obstante, las razones por las que se hacen (o se dejan de hacer) las cosas no son importantes. Lo importante es que estos personajes se están beneficiando del desconocimiento de la vasta mayoría de la población para dejar de tramitar iniciativas beneficiosas para el país.
La única forma de ponerle un freno a esto es formando a una opinión pública con criterio y algún tipo de conocimiento (así sea vago) acerca de lo que hacen los congresistas y el procedimiento de un proyecto de ley dentro del Congreso. Con la única finalidad de que el control ciudadano haga una fuerte presión ante las conductas de los honorables congresistas.
Para cerrar este escrito con temas más amenos, celebro la clasificación de Colombia a los cuartos de final de la Copa América. Pero extiendo la invitación que la próxima vez que haya un partido de la Selección en semana, péguese una pasadita por el Canal del Congreso, le aseguro se sorprenderá de lo que ve.
Legislatura: período de sesiones ordinarias del Congreso de la República. Cada año hay dos legislaturas, desde el 20 de julio hasta el 16 de diciembre (primera legislatura) y desde el 16 de marzo al 20 de junio (segunda legislatura).
