La realidad de los usuarios afectados por las deudas interminables del ICETEX, contrasta con la versión que sigue anunciando el presidente de la entidad, Mauricio Toro, y el anterior activista, Daniel Torres, quienes ahora dicen estar trabajando incansablemente y estar resolviendo desde adentro dicha problemática, pero casualmente aumentaron los intereses en la cuota de los acreedores.
Yesica Gaviria culminó sus estudios en Unisallista como ingeniera de alimentos, llevaba pagando la cuota de manera juiciosa, hasta que le dieron la opción de la refinanciación, la cual fue la peor opción para ella porque aumentaron la deuda y las cuotas. Los contacta por vía telefónica, la dejan esperando una hora y no hay respuesta.
“Quien esté pensando en hacer un préstamo para estudiar, lo mejor es que no lo haga allá porque no les interesa nuestros casos, todo el pago se va a intereses y nada para capital”, asegura Gaviria.
Ángela María Hernández Sierra estudió Comunicación Social en la universidad Javeriana, eligiendo la modalidad de pago “Tú eliges”, estando en la etapa de amortización no ha podido pagar las cuotas: primero por el covid, posteriormente la prórroga y le llega un recibo por un 1.050.000. Actualmente se encuentra sin trabajo y siendo población con discapacidad con movilidad reducida depende de la pensión de su padre; que no es suficiente para sostener el hogar y pagar una cuota tan onerosa.
Cuando se graduó le negaron la condonación y esa deuda se le ha vuelto impagable. Todavía no ha podido encontrar trabajo y estamos en una sociedad que le cierra las oportunidades a la población con discapacidad, como en este caso, empezando por el mismo Estado.
La única solución que le han dado es ampliar el plazo de pago, que significa capitalización de intereses, y aun así, ni cuenta con el dinero para pagar su tratamiento de salud y las cuotas no paran de llegar con un costo más alto.
El caso de Jaiber Alonso Albarracín Rodríguez no es diferente a los mencionados anteriormente, su familia es víctima del conflicto armado, aunque se graduó de odontología, las condiciones laborales precarias con contrato sobre porcentaje, le ha dificultado el pago y más todavía luego de que le hayan aumentado la cuota 100 mil pesos, incluso pagando oportunamente.
“De mí dependen mis padres y las cuotas llegan con más intereses. Un hermano es víctima del conflicto armado y otro es víctima de falso positivo”, manifiesta Albarracín.
Un caso complejo que refleja el dolor que no dejan de padecer los estudiantes que hicieron préstamo con ICETEX, lo representa la historia de vida de Daniela Ortiz, comunicadora que se graduó en 2020. Primero debía 43 millones de pesos, se graduó pagando cuotas de 1 millón 500 mil pesos. Aplicó a la refinanciación y fue una peor decisión, porque ahora debe 110.000.000 millones de pesos, sin saber en qué momento pasó de 80 millones a casi la compra de una casa de interés “social”.
“Solo me gano dos mínimos al mes y me cobran un millón mensualmente. Tuve que internarme en el psiquiatra y hace un mes me embargaron el sueldo. Cuento esta historia para que más personas no vivan lo que me está pasando, tuve un intento de suicidio y la salud mental juega un papel muy importante porque esto nos quita la tranquilidad a todos. Prometieron condonación y nunca cumplieron nada; así como yo hay muchas más personas”, asegura la comunicadora Daniela Ortiz.
Nicolás Chaves Ardila, un afectado más por los cobros excesivos del ICETEX cuenta que ha pagado más de 20 millones en solo intereses.
“Yo estudié licenciatura en lenguas modernas en la universidad Javeriana. Pedí un préstamo con el ICETEX desde el tercer semestre. Es decir, 8 semestres de 10 tuve crédito con el ICETEX. Me prestaron 40 millones aproximadamente. Yo nunca he estado en mora, hice pagos un poco por encima de la cuota de 10.000/ 50.000”, asegura Nicolás Chaves.
Terminó el pregrado en los tiempos que estipulados. Es estrato 3 y no tiene vivienda propia, vive con sus padres y su padre perdió su trabajo durante la pandemia. Su madre es aseadora y gana un mínimo.
“Anteriormente, los que estudiaban una licenciatura se les condonaba la deuda. Yo tuve media beca en mi universidad por buenas notas y por no tener recursos para pagar la carrera. Y nada de esto me ha servido para que me descuenten un peso o me condonen la deuda. Siempre me dicen que debo tener Sisben, que mi crédito no aplica para condonación por graduarse a tiempo, que tampoco aplica por estar al día. Mi queja es que yo he pagado 31 millones de los 40 que me prestaron y me dicen que debo 32”, evidenciando la usura que no termina con la entidad que le quita el sueño a los estudiantes colombianos.
Esta situación, deriva en que debe 68 cuotas. Ese número por el valor de la cuota actual (sin contar que cada año sube) le da una cifra de más de 47 millones. Como consecuencia de ese crédito no ha podido acceder a un crédito a una vivienda ni hacer una maestría.
El cambio empieza por decirles la verdad a los estudiantes, con información veraz, oportuna y no hacer anuncios para generar expectativas que hablan de baja de intereses, cuando está ocurriendo lo contrario con las personas que accedieron a un crédito educativo. Personas que anteriormente pedían la liquidación del ICETEX, ahora pasaron al gobierno a decir que están haciendo el cambio, lo difícil es creerles ante esta realidad tan apabullante.