En el marco del Festival de Cine de Cartagena es poco probable que alguna persona pase desapercibida si ha hecho algo alusivo a la escena del séptimo arte, sin embargo, algunos quedan por fuera de este evento y son varios factores para que ocurra; falta de cubrimiento, no es alguien que moje prensa, que robe pantalla o solo es una persona que recién comienza en un mundo que es duro para cualquiera y aún más para alguien que no cuente con dinero o padrino dentro del medio audiovisual.
A finales del años pasado una profesora colombiana, Mildred Molina, recibió un premio en el festival de cine de Bolivia gracias a la intervención audiovisual que hizo con los niños de la escuela en la que trabaja. Se subió a la tarima en representación de todos los que participaron en la realización del cortometraje titulado Contra viento y marea.
Mildred Molina es comunicadora social, egresada de la Universidad de Pamplona, participó en una convocatoria realizada por Enseña por Colombia, quedó entre las escogidas y gracias a ello ahora es docente de una escuela en Tierra Bomba, un pueblo con una explosión de sueños de grandeza e imaginación que ayuda a evadir la pobreza en la que viven la mayoría de sus isleños. Mildred es inquieta por la producción audiovisual y entre sus pasiones está el cine, la lectura y sacarle siempre buen sabor a la vida.
La idea de hacer un cortometraje nació gracias a un colega de Mildred, quien les compartió un enlace sobre el primer Festival Audiovisual “Luces, cámara y educación” realizado en La Paz (Bolivia), en el cual podrían participar productores de contenido dentro de la comunidad educativa. Andrea Hernández Toro, quien es colega de Mildred, se vio motivada por este tema gracias a que ya tenía una idea en su cabeza y con su habilidad para el tema audiovisual se logró compaginar con Molina para llevar a cabo este trabajo.
Las docentes manejaban bien dos grupos de la escuela que frente a los demás eran los cursos más indisciplinados del recinto educativo, unieron sus esfuerzos y encontraron en los niños un proceso para impulsar el trabajo en equipo y fomentar el liderazgo colectivo a través de una producción audiovisual.
El proyecto tuvo como objetivo fomentar la tolerancia por las diferentes orientaciones sexuales entre los jóvenes debido a que es un punto fuerte a la hora de combatir el “matoneo” en la escuela.
Como apoyo para esta actividad estuvo el equipo de voluntarios de la Fundación Dones de la Misericordia, quienes cooperaron de forma activa en cada gestión que necesitase tales como lograr el consentimiento de los padres para que los infantes pudieran trabajar en el cortometraje, además de prestar acompañamiento a los lugares de rodaje y de un mayor control de la situación, Enseña por Colombia también siempre estuvo presente al aportar toda la confianza y apoyo requerido para sacar adelante el proyecto.
Los niños son los artífices y el verdadero de motor de este producto audiovisual. Ellos merecen todo aquello que les permita soñar, volar y romper los límites. Dos meses y medio duró la producción completa del cortometraje. Allí los niños tuvieron clases teóricas y prácticas, construyeron guión, personajes y eligieron los escenarios. Se les dieron pautas de cómo y para qué se trataba el proyecto, se les dejó claro que desde un principio iban a ser los ganadores, motivación de sobra para los pequeños, cada uno de ellos se preocupó por desempeñar lo mejor posible su rol dentro de la realización del corto.
A través del trabajo arduo tanto Andrea Hernández como Mildred Molina llegaron a la conclusión de que a sus alumnos no se les puede subestimar, si se les dan las herramientas necesarias y el conocimiento práctico, ellos van a cumplir con las metas propuestas y superar las expectativas siempre al incentivar la confianza en su desempeño.
Gracias al mantra que escogieron “Vamos a ser los ganadores” en ningún momento desfallecieron y no se olvidaron de su meta que era conseguir el primer lugar en la categoría de Sector Educativo y que de manera efectiva lograron. “Solo cuando se tiene claro el objetivo se llega a él” fue la enseñanza que les quedó a los autores de “Contra viento y marea”
El cortometraje no murió al recibir el premio. Debido a la iniciativa, tanto los niños como las docentes lograron llamar la atención del proyecto Historias en Kilómetros quienes desean trabajar ahora con la comunidad de Tierra Bomba para impulsar y apoyar los productos audiovisuales que puedan salir de esta isla paradisíaca para el turista pero agobiante para el habitante, no obstante el FICCI no apareció por ninguna parte.