Mientras el 31 de octubre en ciertas partes del mundo se festejaba el Halloween, en nuestro país paralelamente salía a luz pública lo equivalente a una “película de terror” que estremeció a todos. El Sena, la entidad más querida por los colombianos, era epicentro de fuertes denuncias por mal manejo administrativo, irregularidades y malversación de recursos públicos debido a corrupción y nepotismo dejados tras la salida de Alfonso Prada de la dirección de la entidad. La protagonista de realizar las anteriores denuncias ante los medios de comunicación fue María Andrea Nieto, quien hasta hace unos pocos días era la directora de la entidad.
Las referidas denuncias que Nieto radicó en la Procuraduría el día 31 de octubre fueron el centro de atención noticioso durante todos estos días y le valieron al Gobierno Nacional toda serie de críticas provientes de todos los sectores. Según los expertos, la ciudadanía ha mostrado gran indignación y total rechazo ante lo sucedido en el Sena.
En vez de salirle al paso a las denuncias con la puesta en marcha de medidas eficaces tales como una investigación exhaustiva de los hechos para posteriormente tomar acciones firmes contra la corrupción en la entidad, el Gobierno tomó una postura que dejó perplejos hasta los más oficialistas: decidió declarar insubsistente a la hoy exdirectora del Sena tras denunciar las irregularidades, al mismo tiempo que pidió su renuncia inmediata. De acuerdo con MinTrabajo, la orden dada desde la misma presidencia se debe a que María Andrea Nieto “perdió la confianza del Gobierno” porque presentó sus quejas ante medios de comunicación y no por un canal institucional.
Sin embargo, Nieto sostuvo que se le cerraron los canales de comunicación de tal forma que encontró varias presiones con el fin de retirarla del cargo si seguía con sus intenciones. Además, en su defensa, declaró que “a veces hay que decidir si te pegas un tiro en la cien o te fusilan. Y yo en este caso me apegué a los principios”.
Entre las denuncias e irregularidades expresadas está la que interpuso contra el funcionario Juan Pablo Arenas, que trabajó para Alfonso Prada y a quien Nieto había retirado de su cargo como director jurídico en la entidad porque “no hubo criterio, financiero y presupuestal en obras que él había adjudicado”. Un ejemplo de ello eran los topes en los anticipos dados por él. El costo de esas irregularidades, “mal contados, son 800 mil millones de pesos en contratos de obras de infraestructura, de manejo de tecnología, que poco a poco se volvió insostenible”, expresó la exdirectora.
Nieto ya había denunciado las anomalías ante un consejo directivo Nacional que se llevó a cabo dentro de la entidad el pasado 19 de octubre. Por lo anterior, es altamente improbable que el Gobierno nacional no supiera de la situación por medio de los canales oficiales de forma previa al escándalo.
Aunque Colombia es un país mediático, en donde una noticia hace olvidar rápidamente a otra, esta vez parece que al tratarse de la entidad más querida por los colombianos, el polémico escándalo irá para largo. Y mientras tanto queda en el ambiente y ante la opinión pública, la alarmante percepción de que desde la presidencia de la República se hizo todo lo opuesto a lo que se espera que es lo correcto, es decir, le dieron el lado a Alfonso Prada quien hoy funge como Secretario General de la presidencia, y sacaron del cargo a María Andrea Nieto por precisamente no haberse hecho la de la “vista gorda” y quedarse callada ante los graves hechos de corrupción en el Sena.