Construcción de la identidad en la sociedad del consumo

Construcción de la identidad en la sociedad del consumo

¿Soy libre para elegir lo que me ofrece el mercado para satisfacer un deseo insaciable o para elegir lo que quiero hacer con el tiempo laboral en función de mis intereses?

Por: Juan Camilo Raguá Gómez
julio 11, 2018
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Construcción de la identidad en la sociedad del consumo
Foto: Pixabay

En el siguiente ensayo pretendo dar unas líneas guías para entender esta pregunta y posiblemente encontrar algunas respuestas. ¿De qué manera se empobrece la identidad de las personas y su interrelación en el sistema capitalista?

Es difícil pensar cómo se estructuran las bases que rigen nuestros modos de relacionarnos; de visualizarnos como seres humanos en un determinado contexto histórico, político y social; de proyectarnos hacia escenarios futuros, sino es a partir de un modelo económico determinado. Este modelo de desarrollo ha copado las distintas esferas que involucran en el desarrollo y fortalecimiento de los lazos relacionales de nuestra sociedad. Con esto a qué me refiero.

El modelo económico capitalista regula las reglas de intercambio, esto realizado por instancias privadas que tejen alianzas con instancias del Estado para dichos procedimientos. Es decir, el gobierno de cierta sociedad se ha propuesto incrementar el salario de los trabajadores, así como las vacantes laborales para acrecentar  los ingresos del PIB. Para la realización de dicha estrategia económica teje relaciones con multinacionales en las cuales estas piden acuerdos que consisten en bajar los impuestos o anularlos a cambio de ampliar la cobertura laboral. Así también regulan la tasa de costo debido a la oferta de los elementos que colocan en el mercado.

Sin duda alguna que estas estrategias económicas se traducen a un modo de comprender la sociedad. Es decir, como multinacional ofreces un producto en el mercado, desarrollas estrategias de mercado para crear la necesidad del producto y su presente o futura compra. Así, la idea de hombre libre tiene la posibilidad de adquirir cualquier producto entre todos los que se ofrecen. El mercado crea la necesidad del producto en la persona hasta que este se obtenga. Sin embargo, es un círculo de nunca acabar, ¿por qué?

Podemos preguntarnos cuál es el objetivo final del tiempo que invierto en un día laboral para darnos cuenta de cómo se empobrece la identidad de las personas. Por ejemplo, si una persona le invierte doce horas del día al trabajo para satisfacer un deseo personal: la compra de determinada marca de ropa, sabemos que este es un objetivo final. A esta persona la hace feliz levantarse temprano y durar por doce horas laborando para ir a una tienda y comprar el producto que desea. Podemos hacer una interpretación proyectiva, dado que esta persona tiene un modelo de vida laboral caracterizada en la inversión del tiempo en la función de la satisfacción de su deseo insaciable, pues cada mes hace lo mismo, no necesariamente con el mismo producto. Mientras otra persona labora las mismas horas del día para invertir en la educación de sus hijos a largo plazo, a esta persona la hace feliz vivir con lo básicamente necesario y que sus hijos obtengan una educación y realización en sus respectivos ámbitos.

Con base en el ejemplo antes mencionado, podemos concluir lo siguiente: primero, el tiempo de trabajo que se invierte puede estar sometido a las reglas de consumo o no; segundo, la felicidad del primero depende de una vida feliz aquí y ahora, determinada por el aumento permanente en el volumen y la intensidad de deseos. Mientras que la felicidad del segundo es determinada por sus aspiraciones largoplacistas y con sentido amplio del otro; tercero, la responsabilidad social del primero es dejada en segundo escenario de realización debido a la necesidad insatisfactoria de los deseos individuales. Mientras que la responsabilidad social del segundo es determinada en la inversión del tiempo para un bien mayor: educación para otros; y por último, la formación de la identidad del individuo está determinada por la consecución y satisfacción de los deseos. En este sentido la idea de libertad cumple una función determinante en la formación de la identidad: soy libre para elegir lo que se me ofrece en el mercado para satisfacer un deseo insaciable, o, soy libre para elegir lo que quiero hacer con el tiempo laboral en función de mis intereses personales, sí y solo sí coloco también las necesidades del otro como criterio que determine mis decisiones.

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