En la edición del día 14 de abril de 2015, del periódico Portafolio, hay un artículo titulado: “La industria y el agro no ven camino para su reactivación”, en el que se analiza los crecimientos de algunos sectores, y se consultan con algunos expertos sobre el tema. Entre estos, se encuentra el actual de Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el cual aseguró que la reactivación del sector exportador estará dada por la coyuntura, aprovechando la tendencia devaluativa de la tasa de cambio, y por otro lado, la recuperación de nuestro principal socio comercial, Estados Unidos. Sin embargo, olvida mencionar que esa recuperación en Estados Unidos en los próximos meses, estará probablemente acompañada de un eventual aumento de las tasas de interés de dicho país, por el progresivo fin del programa de estímulo monetario, y por tanto, esto hará mucho más atractivas las inversiones en dicho país. Y no olvidar que nuestro crecimiento para los próximos meses, estará más probablemente cercano al 3%, y que la mayoría de países latinoamericanos, no se encuentran tampoco en un buen momento (y tampoco que la inversión extranjera neta cayó 25% este primer trimestre).
Por tanto, es previsible de alguna manera, una considerable salida de capitales del país hacia países desarrollados en recuperación como lo es Estados Unidos. Claro, esto va a implicar que este proceso haga más devaluativa la tasa de cambio, pero no se puede decir que no eso nos contentamos, y no se deba hacer nada más. El lío, es que el gobierno no se ha tomado en serio la tarea, de efectivamente desarrollar un sistema diversificado en las exportaciones (o al menos más diversificado); en las exportaciones del año pasado, el petróleo tuvo una participación en la canasta de 52.8%, y el minero del 17.4% (es decir, el sector minero-energético representa en las exportaciones un 70.2%. Y sectores que los mandatarios se jactan de que serán los bastiones de la competitividad y de nuestro comercio, serán los de agro e industria (con 9.6% y 20.2%); y se jactan de que se está acordando mejores condiciones, pero habrá que esperar (en un panorama de inmensa incertidumbre en cuanto a su duración) a que se firmen los Acuerdos de la Habana, en los que se trata una política agraria de Estado. Luego no podemos entonces sentarnos a esperar, y seguir que este modelo vaya en detrimento de sectores tan fundamentales para impulsar un crecimiento diversificado.
@jverajar