En el marco del Foro Urbano Mundial, WUF12 (2024), concluye con un llamado a transformar el diálogo en acción inmediata para lograr ciudades sostenibles, equitativas y resilientes. El WUF12 se desarrolló en la ciudad del Cairo, República Árabe de Egipto del 4 al 8 de noviembre de 2024, donde se expusieron datos muy preocupantes que debían considerarse para la futura planificación de las ciudades, y específicamente de la vivienda.
Por ejemplo, el 56% de la población mundial —4.400 millones de habitantes— vive en ciudades y alrededor de 5,8 millones de personas migran cada semana a las ciudades, principalmente en países en vías de desarrollo. Para el año 2050, se estima que la cantidad de personas que viven en ciudades albergue el 70% de la población mundial.
América Latina y el Caribe es una región con una población predominantemente urbana, con un 80% de su población viviendo en ciudades; es la región más urbanizada del mundo en desarrollo (Estado de las Ciudades de América Latina y el Caribe | Informe sobre el estado de las ciudades de América Latina y el Caribe).
En Colombia, la población urbana alcanza aproximadamente un 77% del total de habitantes, como consecuencia del incremento del proceso de migración campo-ciudad que generó el conflicto armado. También a la limitada capacidad de las autoridades locales para ofrecer vivienda digna y para controlar los procesos de urbanización ilegal, en especial en suelos de expansión, áreas rurales, zonas de espacio público y áreas de alto riesgo. En consecuencia, de 22,8 millones de empleos que hay en Colombia, casi 13 millones son informales. Esto incluye, todo el comercio de las calles, los negocios que no están registrados ni pagan impuestos, o mucho peor, que pueden incurrir en pagos aún por debajo del salario mínimo (Diario La República de Colombia, 11 de julio de 2024). En el marco del Congreso de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol (noviembre, 2024), el presidente del Gremio, señaló que, de 4,5 millones de viviendas construidas, 1,6 millones fueron viviendas informales y 2,9 millones presentaron las respectivas licencias.
Ya en el ámbito de las soluciones formales, los desarrollos públicos y privados desconocen en primer lugar aspectos urbanos esenciales para la vida en comunidad, pues se produce vivienda con base en un prototipo único que se repite indefinidamente hasta saturar el sitio de emplazamiento; sin áreas verdes ni equipamientos. Por otro lado, las soluciones estructurales, constructivas y energéticas no responden eficientemente a su clima y región: los índices correspondientes al confort habitacional son muy bajos y, además, contribuyen a la afección del medio ambiente. Finalmente, las soluciones funcionales, constructivas y formales son rígidas y no permiten un correcto apropiamiento de sus usuarios.
Considerando estos aspectos y en contraste con lo que hasta ahora se ha venido haciendo en Colombia, resulta claro que es necesario resolver el tema de la vivienda integralmente, pensando en nuevas estrategias para su desarrollo, mediante un esfuerzo interdisciplinario que aporte con soluciones innovadoras, más específicas y coherentes con cada realidad local. La generación de sistemas abiertos que permitan soluciones versátiles que se adapten a las diferentes necesidades de los usuarios y las ciudades sin desconocer el sitio, sus costumbres y materiales es parte clave de este desarrollo.