La camarilla comunista venezolana de Nicolás Maduro, que pertenece a la organización genocida que más ha cometido crímenes en la historia de la humanidad como es el marxismo-leninismo, tendrá que responder ante la historia por la ruina económica, social y moral que ha sufrido la patria de Bolívar al instaurar un sistema abyecto que solo trae una degradante esclavitud; por ello cuando los artistas de diferentes países son solidarios con la causa libertaria de Venezuela, se cumplen las palabras del mejor escritor colombiano de todos los tiempos, José María Vargas Vila, quien afirmó: “Lo eterno está en el arte, que es la eterna reproducción de la belleza”, porque indiscutiblemente el arte es la expresión máxima de la libertad.
Las mentes torcidas de los miembros del régimen castrochavista venezolano no están hechas ni para la contemplación, ni comprensión del arte, ya que ella es función espiritual, distinta a la bestialidad estatista y burocrática del marxismo, que solo le importa el poder, así tenga que gobernar sobre las cenizas, siguiendo las enseñanzas de la sabandija rusa de Lenin, quien decía: “Salvo el poder, todo es ilusión”. En consecuencia, el leninismo de Maduro no solo produce repugnancia, sino también a veces compasión, recordando las palabras de Jesús en la cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, pues el comunismo totalitario es irracional y carente de toda lógica.
El comunismo totalitario o marxismo es el principal enemigo de la libertad de los pueblos, porque los acaba de envilecer haciéndoles perder totalmente su dignidad, para utilizarlos de herramientas y así satisfacer los apetitos de las pandillas comunistas enfermizas por el poder, saqueando los recursos de las naciones sin ningún control, ya que montan dictaduras perpetuas en donde la corrupción se convierte en la razón de ser del régimen; y los ejemplos están a la vista con Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Hay que volver a recordar al pensador libertario Mijaíl Bakunin, quien desde el siglo XIX vaticinó lo que sería un Estado en donde una cáfila marxista se toma el poder. Por eso dijo que "el Estado reproduce a su vez y mantiene la miseria como una condición de su existencia”, demostrando que la pobreza y la miseria de las masas son el común denominador de los regímenes totalitarios marxistas.
Aunque se argumenta el caso de la China que renunció a la economía planificada y a la colectivización socialista para dar paso al libre mercado capitalista, que ha sacado de la pobreza a millones de chinos, eso lo tuvo que realizar el partido comunista chino hace 42 años, porque después de haber cometido un genocidio que costó la vida a 60 millones de personas en el país asiático, durante la colectivización y la revolución cultural, no tenía otra salida: el desmoronamiento de China era inminente. Para eso contó con el dinero de las grandes transnacionales y la complacencia de EE. UU., pues lo que le interesaba a la dictadura comunista china era mantener el poder, así tuviera que implementar una economía de mercado.
Sin lugar a ninguna duda, el marxismo-leninismo no solo es el principal enemigo de los pueblos, sino que a la vez ha sido la mayor factoría de miseria cuando sus élites llegan a dirigir los destinos de una nación, utilizando como señuelo para alcanzar sus fines las fabulas del socialismo y la revolución, palabras con las que aglutinan a sectores lumpenizados de la sociedad muy dispares, prometiéndoles cosas de acuerdo a la cartilla del marxismo, que busca la degradación de la persona humana para que sea más dúctil a las intenciones de la logia comunista.
La corrupción es otra forma de lucha para marxismo-leninismo como se ha demostrado en Venezuela. Eso recuerda que los gobiernos y movimientos políticos que hacen parte del foro de Sao Paulo deberían explicar su presencia en ese conciliábulo internacional responsable político de la corrupción de Odebrecht, que impulsó el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva y que tantas aflicciones le ha causado a 12 países de la región, entre ellos Colombia.
Ahora bien, en la plataforma ideológica de los partidos comunistas con sus idiotas útiles se habla de la superación del capitalismo, no se sabe cuál de todos, ya que existe una variada aplicación de ese sistema y, como lo vimos anteriormente, hasta el partido comunista chino tuvo que acudir a la economía de mercado. Sin embargo, el comunismo totalitario con su receta anacrónica sigue insistiendo tercamente en su dogmática intentando maquillar sus crímenes.
Las democracias liberales deben tomar la iniciativa con miras a derrotar el totalitarismo definitivamente en Latinoamérica, dándole el debate ideológico sin ambages a la llamada izquierda que se arropa en el marxismo, para que el caso venezolano no se vuelva a repetir en ningún país de la región, pues la libertad es inconmensurable y se conquista con más libertad, que para el caso de nuestro vecino comienza con la expulsión del dictador Nicolás Maduro.