El siguiente escrito, elaborado por Ana María Giraldo Lopera y mi persona en 1998 como parte del posgrado en Farmacodependencia, nos ayuda a recordar varias cosas que todavía conservan vigencia sobre el cannabis.
Además, nos hace tomar consciencia de que muchas otras han cambiado desde entonces en Colombia y el mundo, entre ellas la legalización parcial de los usos medicinales y recreativos; la creación de variedades mucho más potentes como la llamada cripa o cripy; los nuevos enfoques en las políticas sobre drogas; los adelantos científicos al respecto, etc. Estos son temas que hemos tratado en otros artículos o que se planean abordar en un futuro próximo.
Aspectos históricos
La marihuana es nativa de Asia Central y es la droga conocida más antiguamente, pues en el libro Herval del emperador chino Chein Hum, que data de hace 47 siglos, se describe una planta cuya descripción corresponde al cannabis.
En Oriente, la marihuana se consume desde tiempos muy remotos con fines religiosos, esotéricos y terapéuticos. Parece ser que en el año 7000 a. C. los escitas llevaron el uso del cannabis al mundo europeo.
Debido a que el islam prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas, en el Oriente Cercano el cannabis es el intoxicante preferido desde hace muchísimos años.
En Occidente se encuentran referencias al consumo de derivados cannábicos desde Heródoto, quien describe “el cultivo de cáñamo en las orillas del Mar Caspio y el Lago Aral”.
En el oráculo de Delfos, la pitonisa para entrar en trance místico cubría con una esterilla de cáñamo una grieta por la cual salían gases calientes.
En la civilización grecorromana era común la utilización de cannabis como instrumento recreativo para fiestas.
En 1290, Marco Polo en sus viajes legendarios lleva el hachís de Oriente a Europa.
En el siglo XIX, en 1840 se conforma en París el “Club de consumidores de hachís”, integrado por escritores (Gautier, Baudelaire, Nerval, Balzac, etc.) y artistas de la época quienes la utilizaban para aumentar sus capacidades creativas. En 1845, el psiquiatra J.J. Moreau de Tours publicó en su libro Du Hashisch et l’Alienation mentale sus experiencias con esta sustancia en el estudio y el tratamiento de las enfermedades mentales.
Durante la segunda mitad del siglo XX se popularizó el uso de la marihuanacomo “droga recreativa” y en los sesenta el movimiento hippie se encargó de difundirla como “la droga de la amistad”.
En Colombia parece ser que la marihuana ingresó en los años veinte por la costa atlántica.
Origen y química
El nombre científico de la marihuana es cannabis sativa, siendo las especies indica y americana, las más conocidas y utilizadas.
El cannabis puede utilizarse como fuente de fibra para cuerdas y tejidos y el fruto de la planta denominado cañamón se emplea para la obtención de grasas.
Esta es una planta anual dioica (tiene macho y hembra). Aunque todas las partes de ambas plantas contienen sustancias psicoactivas, las hojas y extremos florecidos de la planta hembra tienen un contenido más alto de cannabinoides.
La cannabis sativa contiene más de 400 sustancias químicas, las cuales pueden agruparse así: cannabinoides, alcaloides, hidrocarburos, derivados y otros. Se han estudiado más de 60 cannabinoides y se ha encontrado que entre 10 y 15 de ellos tienen actividad psicotrópica, siendo el Delta 9 Tetrahidrocannabinol (Δ 9 THC) el principal agente psicoactivo.
El benzatraceno y la benzopirina son dos sustancias reconocidas como cancerígenas y que se encuentran contenidas aproximadamente 70 veces más en la marihuana que en el tabaco.
Recibe el nombre de hachís la resina de la planta que ha sido purificada mediante disolventes orgánicos tipo gasolina o cloroformo para obtener concentraciones mayores de sustancias psicoactivas.
Nombres comunes
Yerba, bareta, mona, chusca, cannabis, chiruza, maracachafa, THC, etc.
Vías de administración
La marihuana en nuestro medio se consume usualmente fumada, pero cada vez es más frecuente la utilización de esta sustancia como “condimento” de tortas, galletas y sancochos.
En Europa y Asia, la forma habitual de consumo es la inhalación de los vapores producidos al calentar el hachís.
En los países árabes se consume el polen de la planta hembra.
Las partes de la planta (hojas, pétalos, etc.) que se consumen en cigarrillos contienen entre un 2 y un 7 % de Δ THC. El hachís puede contener hasta un 10 % y el aceite (marihuana líquida) puede contener hasta un 20 %.
Metabolismo
La marihuana es transformada por el hígado, el pulmón y el cerebro mediante reacciones de hidroxilación y demetilación. Los cannabinoides tienen una alta afinidad por los tejidos grasos (SNC, gónadas), lo cual explica su acumulación en estos tejidos. La excreción se realiza en heces y orina.
Mecanismo de acción
No se conoce con exactitud el mecanismo de acción de la marihuana, pero se sabe que en él están implicados varios neurotransmisores (acetilcolina, norepinefrina, dopamina, serotonina y GABA).
Desde hace varios años se han identificado receptores de cannabinoides en el cerebro, pero aún no se ha aclarado la función fisiológica de éstos. Los sitios donde se encuentran mayor cantidad de estos receptores son: corteza cerebral, hipocampo, cuerpo estriado y cerebelo.
Esta sustancia puede tener efectos estimulantes, sedantes o alucinógenos dependiendo de la dosis, de la concentración, del tiempo transcurrido después del consumo, de la vulnerabilidad del sujeto al efecto psicoactivo, de las circunstancias, etc.
A nivel hormonal se ha comprobado que en los consumidores habituales de sexo masculino hay una disminución de las concentraciones de testosterona. También se han encontrado alteraciones hormonales en las mujeres con disminución de la secreción de la hormona luteinizante (LH), folículo estimulante (FSH) y prolactina.
Otras alteraciones producidas por la marihuana son: inhibición de la síntesis de ADN, ARN y proteínase interferencia en el metabolismo de la glucosa y en la respuesta inmunitaria.
Efectos agudos
Teniendo en cuenta que los efectos pueden variar de un individuo a otro a continuación se mencionan los efectos más comunes:
- Signos vitales: aumento del pulso (taquicardia); aumento de la presión arterial sistólica con el sujeto acostado y disminución de la presión arterial con los cambios de posición (hipotensión ortostática); los cambios sobre la temperatura son variables y se puede presentar hipo o hipertermia; parece no haber cambios significativos sobre la frecuencia respiratoria.
- Ojos: ojos rojos (inyección conjuntival) y párpados hinchados (edema palpebral). Aunque no es frecuente algunos sujetos pueden presentar leve dilatación pupilar (midriasis). También se presenta disminución de la presión intraocular.
- Boca: disminución de la salivación; mucosas secas.
- Corazón: aumento de frecuencia cardíaca.
- Pulmones: se produce broncodilatación pero también es frecuente la irritación y fenómenos obstructivos atribuibles a los alquitranes (material particulado de los hidrocarburos).
- Músculos: debilidad muscular.
- Sistema neurológicos: alteración del estado de consciencia (agitación o somnolencia); alteraciones de la coordinación y del equilibrio y la estabilidad de la postura (ataxia). También puede encontrarse lentitud en el habla y en los niños es posible observar temblor.
- Mental: euforia, sensación de alegría y risa incontrolable o inapropiada, alteración en la percepción del tiempo (enlentecimiento) y el espacio (se distorsionan las distancias), trastornos del juicio, la cognición, la memoria reciente y la atención, disminución de las habilidades para realizar tareas motoras.
Las alteraciones sensoperceptivas consisten en una mayor intensidad y calidad en la percepción de imágenes, colores y sonido.
También pueden presentarse efectos desagradables como ansiedad, suspicacia, aislamiento social, experiencias de despersonalización, alucinaciones, trastornos delirantes y crisis de pánico.
- Otros: aumento del apetito, más marcado en la fase postóxica y aumento de la frecuencia de eliminación urinaria.
Duración de los efectos
Los efectos de la aspiración de los vapores del hachís y los de la marihuana comienzan muy rápido (segundos a minutos) y usualmente duran dos o tres horas.
Después de la administración oral los efectos comienzan a producirse aproximadamente a los treinta o sesenta minutos y pueden durar ocho horas o más.
Complicaciones
El consumo de dosis altas de marihuana puede producir insuficiencia respiratoria, disminución del tono muscular (hipotonía), dilatación pupilar, coma y muerte.
Los pacientes que presentan enfermedades psiquiátricas preexistentes tales como psicosis paranoides o esquizofrenia pueden presentar exacerbación de su sintomatología.
Las alteraciones motoras, del equilibrio, de la coordinación y la percepción distorsionada de las distancias hacen que la conducción de vehículos automotores sea muy peligrosa y la relación entre el consumo de marihuana y accidentes de tránsito ha sido evidenciada por varios estudios.
Efectos crónicos
Los efectos del consumo crónico de marihuana son actualmente motivo de muchas controversias debido a que los estudios científicos realizados hasta el momento tienen algunos inconvenientes que no permiten llegar a conclusiones definitivas. Algunos de estos inconvenientes son: utilización de modelos animales, uso de sustancias sintéticas, consumo de otras sustancias como alcohol y cigarrillo por parte de los voluntarios que participan en estas investigaciones, etc. Sin embargo, a continuación se enumeran los efectos que aparecen referidos en textos recientes de toxicología.
Debido a los efectos irritativos y a la alteración de las defensas orgánicas (alteración inmunitaria) puede presentarse afección del tracto respiratorio con presencia de cuadros inflamatorios e infecciosos tales como uvulitis, laringotraqueitis, bronquitis crónica y enfisema. También es posible encontrar salmonelosis y aspergilosis pulmonar por contaminación de la marihuana con estos microrganismos.
Varios estudios sugieren la asociación entre el consumo de cannabinoides y cáncer de boca y tracto respiratorio (laringe, pulmones, etc.).
Las alteraciones hormonales pueden producir disminución en la cantidad y calidad de los espermatozoides, alteraciones en la menstruación y la ovulación y por consiguiente trastornos en la fertilidad. Unido a lo anterior las alteraciones cromosómicas serían responsables de déficits de peso, talla, rendimiento intelectual y malformaciones congénitas en hijos de madres consumidoras de marihuana durante el embarazo. Actualmente, se realizan en Estados Unidos estudios que pretenden confirmar la existencia de un riesgo elevado de presentar leucemia en los hijos de mujeres abusadoras de esta sustancia.
Pueden presentarse alteraciones crónicas de la memoria, la atención y la concentración, pero no existen estudios científicos que hayan confirmado la presencia de deterioro cerebral permanente.
La pérdida de interés por el aspecto personal, el abandono de las actividades sociales y el desinterés por el estudio o el trabajo, que se observa en algunos consumidores crónicos, recibe el nombre de “síndrome amotivacional”; aunque éste no es un diagnóstico oficial y existe mucha controversia en la literatura acerca de sí puede establecerse una relación de causa-efecto entre el abuso de la sustancia y la presencia de estos síntomas.
Tolerancia y dependencia
En estos tópicos existe también mucha controversia; mientras algunos autores mencionan que el desarrollo de la tolerancia es frecuente y que por lo tanto el usuario crónico irá aumentando progresivamente la cantidad de sustancia que consume, existen otros autores quienes mencionan que son más frecuentes los fenómenos de tolerancia inversa, en los cuales se observa que el sujeto experimenta los efectos consumiendo dosis constantes o aún inferiores a aquellas con las cuales se inició en el consumo.
Estudios recientes en ratas que recibieron durante dos semanas un cannabinoide sintético potente (HU-210) demostraron la presencia de un síndrome de abstinencia después de la administración de un antagonista del receptor de cannabinoides (SR14716A).Lo anterior demostraría la presencia de síndromes de abstinencia en consumidores crónicos de marihuana que suspenden abruptamente el consumo; los síntomas serían irritabilidad, ansiedad, trastornos del sueño, náuseas, vómito, anorexia, pérdida de peso, temblores, sudoración, dolores musculares e incremento de la temperatura corporal, éstos cuadros generalmente son leves y no requieren tratamiento particular; sin embargo hay quienes siguen rebatiendo la existencia de este síndrome.
Usos terapéuticos
Reportes anecdóticos y estudios científicos han mencionado la utilidad de la marihuana como medicamento, atribuyéndosele beneficios como analgésico, anticonvulsivante, relajante muscular, broncodilatador (para el asma) y para disminuir la presión intraocular en pacientes con glaucoma.
En Estados Unidos están disponibles medicamentos a base de cannabinoides sintéticos, los cuales están aprobados para el tratamiento de la náusea y el vómito en los pacientes que están recibiendo quimioterapia para el cáncer y que no responden adecuadamente a las terapias convencionales. Además, desde 1992 la FDA aprobó su uso para el tratamiento de la inapetencia (anorexia) asociada con marcada pérdida de peso en pacientes con SIDA.
En la actualidad estos medicamentos se utilizan experimentalmente para reducir la rigidez (espasticidad) y el temblor en pacientes que padecen esclerosis múltiple.
En nuestro medio ha sido común el uso de mezclas de alcohol y marihuana para uso dérmico en pacientes que padecen dolores musculares o articulares, pero no existen estudios científicos que comprueben la utilidad de esta sustancia en este tipo de patología.
Laboratorio
El examen que se utiliza para confirmar la utilización o la intoxicación por esta sustancia es la búsqueda de metabolitos de marihuana en muestras de orina ocasional. En el caso de un consumo ocasional este examen puede ser positivo hasta tres días después del contacto con la sustancia; cuando se trata de consumidores frecuentes de dosis altas, pueden detectarse los metabolitos hasta cuatro semanas después del último consumo.
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