"Estudien, vagos", con esta expresión hace unos días una congresista del Centro Democrático se hacía una vez más celebre, en un país que carece de una clase política capaz de asumir la solución de los problemas nacionales. Sin embargo, más allá de una expresión en contra de una parte de las víctimas del conflicto armado, la locución de dicha representante demuestra qué tipo de gente ocupa las curules en el capitolio. Mucha de esta gente ha llegado a esa instancia con el único interés de satisfacer sus necesidades personales y familiares, pero eso ya es cuento viejo. Existen infinidad de análisis materializados en artículos de prensa, entrevistas, tertulias, discusiones y un largo etc.
En esta ocasión quiero proponer una alternativa que le permita a los colombianos en su conjunto conocer a cabalidad quienes son los encargados de legislar, es decir de hacer las leyes. Colombia tiene una organización estatal que corresponde a los ideales liberales esbozados por Montesquieu en la Francia del siglo IIIVX, y que tiene como principal característica la separación de poderes: ejecutivo, judicial y legislativo. En nuestro país, el ejecutivo y el legislativo cuentan con una gran animadversión por parte de la población, lo cual se demuestra en el temor de un gran porcentaje a la hora de participar en las elecciones.
Desde mi punto de vista, uno de los elementos que propicia este temor es el desconocimiento de los personajes que se postulan para ocupar dichos cargos. Es decir, prácticamente no conocemos sus hojas de vida, los estudios que han adelantado, o los cargos que previamente han desempeñado. Todas, cosas básicas que deben ser de conocimiento público en un país con sistema representativo.
Sumando a esto, existe una debilidad en los programas políticos de los partidos. Estos son documentos, que en mi opinión, son prácticamente desconocidos por los mismos congresistas, pues las peleas internas que se generan en cuanto a ciertas decisiones en el parlamento reflejan una total falta de identidad con sus organizaciones partidarias. Además, por otro lado encontramos a un “partido” que parece más bien el grupo de porristas de cierto expresidente.
Por lo anterior propongo que para las próximas elecciones quienes se quieran postular a cargos públicos presenten una prueba de conocimientos académicos, ya que es lo básico que deben cumplir. Así lo hacen los maestros, los jueces e incluso los personeros. Quien la pierda no podrá participar de la contienda electoral. Esto con el fin de evitarnos salidas de ropa de gente que visiblemente no se encuentra en sus cabales para desempeñar dichos puestos, y abstenernos de mantener a un montón de vagos en el parlamento. Ahora sí vale la pena citar a la congresista, ¡Estudien, vagos!