En el Congreso fue radicado esta semana un fundamental proyecto de ley para prohibir el fracking y avanzar en la transición energética en Colombia. La decisión sobre este proyecto de ley es una de las más importantes en la historia de Colombia, pues estamos en una coyuntura del siglo XXI, donde en esta década que comienza tenemos la última oportunidad de responder adecuadamente a la crisis climática y ambiental. Si no tomamos decisiones ambientales categóricas ya, la crisis del covid-19, que es una manifestación de la debacle ambiental, parecerá poca cosa al lado de la crisis climática y ambiental que podríamos padecer en 2040 y 2050 según los escenarios planteados por Naciones Unidas. Con este proyecto de ley, el Congreso definirá el modelo ambiental de país en el siglo XXI, y, por ende, la viabilidad del presente y el futuro de Colombia.
Esta propuesta se radicó con la firma de 42 congresistas de seis partidos políticos diferentes, fue el resultado de un esfuerzo colaborativo desde la sociedad civil y multipartidista, donde antes que protagonismos individuales, ha sido más importante el compromiso por el bien común, la acción climática y la protección ambiental de Colombia. Desde la sociedad civil el proyecto fue promovido por la Alianza Colombia Libre de Fracking que es un espacio de confluencia de comunidades, regiones, sindicatos, academia, artistas, gremios, profesionales y personas comprometidas con el bienestar ambiental y social del país.
Este proyecto de ley y su exposición de motivos ya se puede consultar en línea y cuenta con más de 150 páginas de argumentos desde múltiples disciplinas y abordajes, entre ellos, desde la mirada climática, ambiental, de salud pública, de construcción de paz, económica y jurídica. Este proyecto esencialmente hace tres propuestas; primero, la prohibición del fracking en Colombia; segundo, ordena la elaboración de un informe del estado de las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos en el país; tercero, ordena la creación de un Plan de Diversificación Energética y Promoción de Energías Limpias -PDEPEL-, en el término de un año, para que el país al fin tenga un plan de transición energética hecho en forma participativa que incluya las voces de las regiones, que no repita el error de otras políticas públicas redactadas por élites centralistas en Bogotá que desconocen o desprecian a las regiones. Igualmente, el proyecto de ley contiene y desarrolla importantes principios de derecho ambiental que guiarán el orden jurídico en la materia.
Lo que sigue para el proyecto de ley es su debate en la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes que para este periodo legislativo tiene la presidencia del Representante Luciano Grisales del Quindío. Al proyecto de ley se le asignará un representante que tendrá a su cargo preparar una ponencia favorable o desfavorable y se dará el debate y la votación para decidir si pasa a plenaria de la Cámara. Dada la importancia de este debate, la Comisión Quinta de Cámara debería permitir que el proyecto de ley llegue a la plenaria donde los representantes de todas las regiones podrían participar y dar su perspectiva ante estos trascendentales temas.
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Los debates serán transmitidos por televisión e internet y el pueblo colombiano podrá hacer veeduría al desempeño de cada uno de los representantes que integran la Comisión Quinta
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Por fortuna, estos debates serán transmitidos por televisión e internet y el pueblo colombiano podrá hacer veeduría al desempeño de cada uno de los representantes que integran la Comisión Quinta; en redes sociales ya avanza el debate con la etiqueta #LeyContraElFrackingEs que deberá seguir a lo largo de todo el trámite legislativo.
Este proyecto de ley hace parte de una tendencia internacional de prohibir el fracking y avanzar en la transición energética. En Estados Unidos, país donde se inventó el fracking y más se practica, ya cinco estados lo prohibieron. Igualmente, fue radicado este año un proyecto de ley para prohibirlo en todo Estados Unidos, que encontrará un escenario nuevo después de las elecciones de noviembre. En Europa; Francia, Dinamarca, Bulgaria, Irlanda, Escocia e Inglaterra prohibieron o declararon moratoria sobre el fracking. Igualmente, en España está en trámite el proyecto de ley de Cambio Climático y Transición Energética que en su artículo 8 prohíbe el fracking, proyecto que cuenta con el respaldo del Consejo de Ministros y en su primera votación en el Congreso tuvo mayoría favorable. En América Latina, Costa Rica, Uruguay, dos estados de Brasil y uno de Argentina ya prohibieron el fracking. De hecho, en el Acuerdo de París, ratificado por Colombia, se concretó el consenso internacional: respuesta efectiva (y no basada en formalidades) a la crisis climática y transición energética.
Ojalá el Congreso de Colombia y especialmente la Comisión Quinta sean conscientes que esta ley es vital para definir el modelo energético y ambiental de Colombia en el siglo XXI y así responder a la crisis climática y transitar a un mejor sistema energético. Con este debate se juega la suerte ambiental y energética de las generaciones presentes y futuras de nuestro país.
Por último, todavía está a tiempo el Presidente y su partido de cumplir la promesa de campaña de no permitir el fracking en Colombia, como él mismo lo dijo, para proteger los acuíferos y ante los riesgos de sismicidad.