No soy un estudioso de la historia, no porque no me guste sino porque está amañada, torcida, mal escrita y, para leer disculpas y contra culpas, mejor leo, aprendo y me divierto con la que escribió “Salman Rushdie” en sus “Versos Satánicos”, que aproximó tan bien la verdad que casi le cuesta la vida. Pero me salgo del camino. Aquí el problema, ni es el conflicto, ni es el tiempo que llevamos en él, ni mucho menos identificar sus causas (las conocemos: pues de ellas y con ellas convivimos hace marras), evaluarlas y solucionarlas pensando que así se terminará y que de ahí en adelante viviremos como en el cielo ignorante y contradictorio que continúan proponiendo las religiones mentirosas a cambio de guerra y más guerra. De lo que sí estoy seguro es que de esto no salimos ni con políticos torcidos, ni con curas pedófilos, ni mucho menos con historias embusteras extenuantes de escuchar o de leer, como las de los curas en sus sermones de cielos en ruina o la de los políticos con sus mismas promesas incumplidas de siempre. Esto no se acaba vendando tan profundas heridas con esparadrapo adornado con leyes de víctimas, marcos de paz, fuero militar… que más la sancochan. Lo que hay que hacer es legalizar lo que tanto les gusta a los gringos meterse por venas y narices y todos los orificios de sus perversos cuerpos: la droga, y comprar armas con lo poco que dejará el negocio ahora en manos de ellos mismos, y matarnos a bala por el pedazo de tierra agotada que nunca vamos a tener. Para esto no se necesita ni Santos, ni Cazadores de patos, ni Elefantes de espalda, ni mucho menos Guerrilleros camuflados de patriotas; se necesitan pelotas de tigre y una historia escrita con las ganas únicas de decirnos la verdad.
Conflicto, ley de víctimas y fuero militar
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.