Para la conclusión de una de las obras más esperadas del país, el túnel de la línea —falta un 12%— solo hubo un proponente: el consorcio Conconcreto y Solarte SAS, cada uno con un 50%. Además del túnel, falta la segunda Calzada Calarcá-Cajamarca. El costo de inversión es de $ 224.407 millones.
Se trata de un matrimonio de vieja data que ya conocía el proyecto porque en el 2008 ejecutaron conjuntamente el túnel piloto que les permitió conocer los detalles técnicos, geológicos, ecológicos y económicos que fueron utilizados para armar los pliegos definitivos. Solarte y Conconcreto son además socios en el tramo Puerto, Buga-Buenaventura, una concesión con un gran expectativa de recaudo que va hasta el 2054.
A mediados del año pasado, Carlos Solarte fue llamado por la Fiscalía a dar explicaciones por la ampliación hasta el 2054 de la concesión de la vía Media Canoa-Loboguerro, que representaría un detrimento para la Nación en $ 7 billones de pesos. CSS Constructores era socio en un 5 % en la concesión Ruta del Sol II, en compañía de Odebrecht 25 % y EPISOL (del grupo Corficolombiana) 33 %, contrato que la Superintendencia de Industria y Comercio ordenó liquidar debido a los sobornos que entregó Odebrecht al viceministro de Transporte y director del Inco, Gabriel García, para obtener esta licitación.
Conconcreto tiene el controvertido tercer carril de la doble calzada Bogotá-Girardot, investigado por un presunto acuerdo ilegal entre proponentes para ganar el contrato y eliminar por esa vía a la competencia. En su momento el exvicepresidente Germán Vargas Lleras le solicitó al superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, una investigación a fondo sobre posibles irregularidades en esta APP que se encuentra realizando desde principios de año.
