¿Concesionarios que abusan de sus clientes en Colombia?

"Al parecer no existe algún ente regulador que vigile los precios de los vehículos en nuestro país"

Por: Daniel Santiago Junca |
marzo 14, 2016

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En un viaje que realicé recientemente a la ciudad de Trenton, Estados Unidos, me encontré con un modelo de la marca Honda el cual me atrajo mucho por tener un diseño diferenciado frente a otros ofrecidos en el mercado americano. Indagando un poco y luego de visitar un concesionario en esa misma ciudad, me enteré un poco de sus características técnicas, entre las cuales se destacaban su particular diseño y el hecho de que está basado en el compacto Honda FIT. Además, comparte motorización con el Honda Civic, un motor de 1.8 litros atmosférico (sin turbo) de 141 Caballos de fuerza. El carro tiene un precio intermedio entre los mencionads FIT y Civic, y responde al nombre Hi-rider Revolutionary Vehicle o HRV, el cual me dejó gratamente sorprendido por las soluciones de espacio y su comportamiento dinámico, según lo que pude notar en el Test Drive, además de un precio de entrada de 22 mil dólares.

Entre los competidores que encontré con precios similares en los Estados Unidos están la Chevrolet Tracker, Subaru XV, Mazda CX3 o Nissan Juke entre otros, y a excepción de la Mazda CX3 todos estos modelos se ofertan en Colombia a precios que van, según la revista Motor, desde los 60 millones --que pide Chevrolet por la Tracker-- hasta los 87 millones que pide Nissan por la Juke. Esta última es una de las más costosas debido a su origen: Inglaterra.

Indagando un poco sobre el origen de los demás modelos, me encuentro con que la Mazda es de origen japonés, al igual que la Subaru XV, mientras que la Honda HRV y la Chevrolet Tracker son de origen mexicano. Teniendo esta información, decidí investigar por Internet los precios de la Tracker en Estados Unidos y me llevé una gran sorpresa: costaba 2 mil dólares más que la HRV en dicho país. Estos datos me dieron la esperanza que gracias al TLC con México, el modelo de Honda llegaría a Colombia con un precio medianamente atractivo. Sin embargo, me llevé un gran fiasco al conocer los precios con los que se anunció su llegada al país hace unos meses: más de 100 millones de pesos, muy por encima de una Mitsubishi Outlander, Nssan X-trail o Mazda CX5 entre muchos otros vehículos que la superan en calidad, motorización y equipamiento.

Esta situación me generó la duda de si existe actualmente en Colombia algún ente regulador o de control que vigile los precios de los vehículos, porque me resulta incomprensible cómo un vehículo con ventajas arancelarias puede llegar a costar casi el doble, frente a un producto que cumple las mismas características a nivel de precio, mercado objetivo, y origen --Chevrolet Tracker--. Tal vez en un modelo como es el caso de la Nissan Juke que tiene un motor 1.6 turbo, de origen inglés y sin ventajas arancelarias, puede justificar su precio, pero me parece el colmo que se estén cometiendo esta clase de abusos por parte de las empresas comercializadoras con sus clientes, siendo Colombia un caso exclusivo porque en Argentina y Brasil esta Honda HRV tiene el mismo precio de una Ford EcoSport o Renault Duster, es decir, un modelo que sí cuesta la mitad de lo que piden por la Honda HRV. Ojalá la Superintendecia de Industria y Comercio empiece a vigilar estos temas, porque no es caso exclusivo, ya que se replica en otras marcas de vehículos en el país.

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