Según reza en el acta del contrato de concesión No. 008 del 6 de agosto de 2010, considerando 1: “El concesionario realiza por su cuenta y riesgo la construcción del proyecto vial Transversal de las Américas y la preparación del estudio ambiental, la obtención y/o modificación de licencias ambientales y la financiación de las obras en el corredor vial Transversal de las Américas sector 1”.
Como pueden ver es obligación contractual del concesionario presentar el Estudio de Impacto Ambiental en aras de obtener las licencias ambientales, realizando los correctivos y ajustes que la entidad ambiental requiera.
Sin embargo, para la solicitud de la licencia ambiental el concesionario presentó un diseño donde propone que “el 100% del corredor sea un terraplén de 4 m en promedio de altura, con obras tipo box culvert cada 500 m”. También indicó que “la vía propuesta se localiza en un 92% sobre una zona de susceptibilidad moderada a la inundación”. De igual manera, manifestó que “el proyecto propuesto interfiere de manera drástica el funcionamiento natural del complejo de ciénegas del sector y que las obras propuestas cada 500 m podrían ser insuficientes y señala que dado lo impredecible del comportamiento del río, la probabilidad de acertar con el diseño, dimensionamiento y localización de estructuras de paso del flujo, podría ser remota”. Por último, señala que “la vía además de constituirse en un obstáculo al flujo libre de las aguas del área, puede conformar un angostamiento del cauce y por tanto la estabilidad de la vía podría verse afectada”. (Ver resolución 1679 de 14 de julio de 2015 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible).
No obstante, notamos que todos los argumentos se basan en suposiciones del Concesionario ya que más adelante en el punto 2.2.3 "Análisis hidráulico", de la misma resolución nos dice “señala el solicitante que debido a la envergadura del río Magdalena y la ausencia de información detallada, es imposible realizar un estudio hidráulico e hidrológico convencional; por lo tanto se realiza una hidráulica descriptiva de la zona de estudio para intentar proteger la zona con la construcción del proyecto”.
Como podemos ver el concesionario solicitó un permiso ambiental y en la misma solicitud dio todos los argumentos para que este fuera negado, basada en “una hidráulica descriptiva” ya que este no realizó un estudio hidráulico e hidrológico serio.
Más adelante en las páginas 25 y 26 de la misma resolución citada, “el solicitante indica que se determina que todos los indicadores de evaluación muestran el proyecto como no viable” y “no se recomienda su materialización”.
En la resolución 0862 de 23 de julio de 2015 de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, donde niegan la licencia, se solicita una serie de ajustes y recomendaciones como realizar el estudio hidráulico e hidrológico serio que permita definir las obras, el diseño presentado no obedece a un diseño juicioso, las obras diseñadas no se ajustan al requerimiento realizado por la ANLA, no realizaron un estudio hidráulico detallado de la zona, no se cuenta con los suficientes soportes para la implementación de las estructuras, no solicitaron la autorización de instalación de plantas, campamentos y demás infraestructura, no se incluyó al municipio de Barrancabermeja para el medio socioeconómico, tampoco se tiene en cuenta en el Estudio argumentos técnicos ni socioeconómicos que hagan una prospectiva sobre la interconexión Yondó – Cantagallo – San Pablo – Simití, teniendo en cuenta ese corredor vial, el estudio de movilidad solicitado debió aportar elementos para un análisis local y regional de la misma.
En la resolución 1200 de 28 de septiembre de 2015 de la ANLA, se notifica que el Concesionario interpuso un recurso de reposición para “aclarar la razón de fondo que condicionó la decisión adoptada por la ANLA en el artículo primero de la resolución 0862 de 2015”. La autoridad ambiental ratifica que no se realizaron los correctivos solicitados los cuales relaciona nuevamente en esta resolución, ya que en el recurso de reposición solo se limitaron a preguntar por qué no se había autorizado la licencia.
Por todo lo anterior queda expuesto de manera clara la firme intención del Concesionario de no ejecutar el tramo Yondó – Cantagallo, escudándose en la no expedición de la licencia ambiental por parte de la ANLA; entidad a la cual ellos no presentaron la información completa ni los correctivos y ajustes solicitados. Es por esto que el Concesionario está incumpliendo su obligación contractual y tanto la Interventoría como la ANI han permitido que esta situación retrase la construcción de la vía que conectaría todo el sur de Bolívar con el centro y sur del país.
Existen dos alternativas evaluadas preliminarmente por las comunidades por zonas no inundables, trazadas por carreteables existentes donde solo se requeriría de 4 km de vía nueva en cada alternativa; estas son:
Ruta 1: Yondó-San Miguel del Tigre-La justa-Puerto Sabala-La Ceiba-Santa Rosa-La Esperanza-Buenavista-Los Mangos-La Paz-Virginia-Cantagallo, con una longitud de 49,5 km de los cuales solo se requieren 4,2 km de vía nueva.
Ruta 2: Yondó-San Miguel del Tigre (1,5 km antes)-Argentina-Don Toribio-Pozo Rompida-Los Mangos-La Paz-Virginia-Cantagallo, con una longitud de 38,1 km de los cuales solo 4 km serian en vía nueva (por ratificar en campo).
La población afecta es de 125.000 habitantes sin contar la población de Puerto Wilches y Barrancabermeja, quienes son beneficiarios y posibles usuarios del proyecto. Desconocemos las razones del Concesionario por las cuales no les interesa la ejecución de este tramo, las cuales pueden ser problemas de accesibilidad o que esta obra no sea rentable para sus intereses, lo cual no justifica la afectación de todo el desarrollo de una región.
Invitamos a la población a estar atentos a las decisiones que se vienen y exigir sus derechos.
