La Moralia es un corregimiento de Tuluá, en el centro del Valle del Cauca. Hasta allí llegaron los hombres de los hermanos Castaño, desde Urabá, el 31 de julio de 1999 para ejecutar los primeros asesinatos en esta zona del país. Aunque se han familiarizado con la paz, sus habitantes se niegan a olvidar los recuerdos de la guerra, sus muertos, desaparecidos y desplazados.
Hoy, la Secretaría de Educación Municipal, que orienta el licenciado Ever Antonio Villegas, nacido y cridado a 15 minutos de este corregimiento, se ha involucrado en un ejercicio pedagógico, que desde el plan de desarrollo del alcalde John Jairo Gómez Aguirre se adelanta en la ciudad para convertir el TAS TAS de las balas en un sonido que pase de algo negativo a una acción positiva, como son las TAS (Temas de Amor por la Sociedad).
Y precisamente una de las apuestas de la iniciativa es recolectar en los próximos meses un millón de botellas plásticas, con las cuales se construirá un parque infantil en este corregimiento, de calles serenas, lleno de murales y placas con los nombres de sus muertos, ubicado en el corazón del municipio de Tuluá.
“Es un reto que nos hemos puesto en la Administración Municipal y queremos contar con la respuesta positiva de los tulueños, que pueden crear los centros de acopio en las casas, los colegios, las empresas, centros comerciales, industrias y de esta manera liberamos al planeta de estos agentes contaminante; convertiremos el plástico en madera y le entregamos entre todos un escenario de esparcimiento a los niños del corregimiento de la Moralia, precisó Villegas.