En la actual pandemia de COVID-19, si te importa, al menos un poco, la salud de quienes te rodean, incluidos tus familiares, evita el uso de tapabocas de válvula.
Estos modelos no fueron pensados ni son efectivos para evitar la propagación de virus o bacterias por parte de quien los usa, pues sus válvulas son unidireccionales y sólo filtran el aire que entra, pero no el que sale.
Como sabemos, muchos portadores del nuevo coronavirus pueden ser asintomáticos, y si están contagiados, con estos tapabocas de válvula pueden estar propagándolo en las gotículas que exhalan.
En otras palabras, estas mascarillas protegen del coronavirus a quien las usa, pero no a quienes lo rodean, por lo que su uso no está recomendado en la actual pandemia, y así lo han hecho saber autoridades de salud tan serias como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
“Los respiradores con válvulas de exhalación protegen al usuario del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, pero pueden no evitar que el virus se propague del usuario hacia otros”, expone dicha agencia. Por lo mismo, en California, EE. UU., o en Galicia, España, incluso ya se prohibió su uso como método para contener la propagación del virus.
Los tapabocas de válvula fueron pensados para usarse en labores industriales como minería o carpintería, o hasta para apagar incendios: impiden inhalar humo, gases tóxicos o partículas en el aire y facilitan la exhalación, evitando al usuario sudar en exceso o el sofoco.
En la actual pandemia, para también cuidar el medio ambiente, en lugar de tapabocas quirúrgicos (hechos de tela sintética, es decir, plástico) es mejor usar los biodegradables, que pueden ser de telas naturales como algodón o franela (lavables y reutilizables) o hasta hechos con toallas de cocina, que es papel resistente.
Claro que si usted quiere seguir siendo tan egoísta como el inepto presidente de EE. UU., Donald Trump, siga usando tapabocas de válvula, que, en caso de ser un portador asintomático, para cuidar a los suyos serían casi lo mismo que no usar nada.