Que va, en realidad nada, nada que haya cambiado, ninguna cosa para ovacionar con salvas, desfiles o fuegos artificiales en un país que se arrastra agonizante. Se arrastraba hace años, bien visto desde un 20 de julio hace dos siglos cuando los independentistas juraron lealtad a la Corona; un país, este nuestro de cada día, que se agrava sin defensa en este tiempo de iguales o peores peroratas gubernamentales.
Foncolpuertos, Interbolsa, Reficar, Odebrecht, Centros Poblados, Comunidad del Anillo, Carrusel de pensiones en Córdoba, Sociedad de Activos Especiales, auxilios parlamentarios, mermelada, Neñepolítica, neomermelada, megapensiones, corrupción en la Corte Suprema, corrupción en los tribunales, Ruta del Sol, Finagro, interceptaciones ilegales, blindados y escoltas de congresistas y funcionarios de la peor baratija, Hidroituango ¿Le suena esto a alguien? ¿Algo para celebrar hoy 213 años después de un quejido de independencia confuso en la historia, mientras todo esto construye con desperdicios la realidad nacional?
¿Algo para celebrar hoy 213 años después de un quejido de independencia confuso en la historia, mientras toda esta corrupción construye con desperdicios la realidad nacional?
Armando Benedetti, Diego Molano, Guillermo Botero, Irene Vélez, Esteban Zabala, León Fredy Muñoz, Karen Abudinen, Laura Sarabia, Leonidas Bustos, Víctor Maldonado, Juan Carlos Martínez, Jorge Pretelt, Iván Moreno, Aida Merlano, Jaime Uscátegui, Oscar Iván Zuluaga, Luis Carlos Restrepo, Inocencio Meléndez, Andrés Felipe Arias, Francisco Ricaurte, Luis Fernando Andrade, agregue el lector nombres que recuerde; crece la audiencia, la lista es larga, la corrupción tiene formas y fórmulas; cohechos, falsedades, mentiras, peculados, tráfico de influencias, abuso de poder, crímenes, casos distintos, la gravedad de unos esconde la gravedad de otros; los expedientes mueren, engordan se archivan; caducan los términos disciplinarios, los plazos penales, nada pasa, todos celebran; las sanciones pírricas, las prisiones son domiciliarias y acolchadas, todos inocentes, tengo la conciencia tranquila, saben recitar, y siguen el camino siniestro; basta, ya se sabe, con pedir perdón entre risas socarronas, pues a este país que muere y que tiene 97 % de impunidad en casos de corrupción se le puede burlar 213 veintes de julio.
En otra parte, otro día como este escribí algo así que repito y agrego otro 20 de julio porque poco cambia: ¿Cuándo empezó el conflicto en Colombia? Quizá cuando empezó Colombia. Cuando se corrompieron los jueces, cuando el primer desplazado se volvió más de seis millones, cuando el menosprecio perdió del mapa a Panamá, y los Monjes. El día que el narcotráfico impuso gobiernos. Nació con la burguesía feudal dueña de todo, con cada niño guajiro o chocoano muerto por hambre. Cuando produciendo tanto Colombia se halló entre los más inequitativos del planeta, también con el regaló del tesoro Quimbaya. Está en el magistrado burlándose de la credibilidad pública. Principió con algunos guerrilleros engordados en bacanal del crimen. Cuando el cardenal censuró el arte, la iglesia apoyó matar liberales y los empresarios pagaron las primeras coimas para hacer carreteras y eludir impuestos. Nace con las Bananeras, con el mensaje de que los ricos no van a la cárcel. Se trabó el conflicto cuando el Congreso se dedicó a hacer honores imbéciles. En el instante que fueron acusados de terroristas los campesinos e indígenas; cuando con complicidad de muchos mataron a Ana Fabricia Córdoba y a su familia mientras jaurías de escoltas cuidan a funcionarios inservibles. Reside en cada centavo robado a las pensiones; en el general o policía corrupto. Comenzó el 9 de abril de 1948, el 6 de noviembre de 1985, el 7 de agosto y el 20 de julio de casi todos los años. Arribó con dos vertientes de un mismo río de violencia y partija llamado bipartidismo, con la Concesión Barco, el Estatuto de Seguridad, el Estado de Sitio, con las masacres durante la protesta social en el gobierno Duque; con el encarcelamiento del poeta Vidales, con Gaitán, Galán, Pizarro y otros miles asesinados anónimamente. Tiene origen en la primera masacre, en el primer desfalco impunes.
No toquen sus trompetas ni digan sus discursos líquidos para celebrar otro 20 de julio. Pocos siguen comiendo cuento.
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