Desde hace por lo menos tres décadas la pimienta comenzó a sembrarse en el Putumayo como una alternativa para sustituir los cultivos ilícitos. Sin embargo, hoy más allá de ser un símbolo del desarrollo económico y social de esta región del país, se ha convertido en una salida en procesos de restitución, además de ganar especio en grandes cadenas de restaurantes como Crepes & Waffles, entre otros.
Esto través de un proyecto de emprendimiento del que hoy forman parte varias familias que retornaron a sus territorios para iniciar de nuevo, luego de haber sufrido los embates del conflicto armado, y hacer del campo su empresa. Bajo este marco se desarrolla Pimienta Calidad Putumayo y con marca propia: Mikhuna. Una iniciativa apoyada por la Unidad de Restitución de Tierras, la Embajada de Suecia y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura Colombia con el objetivo de asegurar su sustento y la sostenibilidad de los procesos de restitución.
La pimienta, que es originaria de la India, hoy tiene en el Putumayo unos atributos propios del territorio amazónico que la hacen diferente. Uno de ellos es su alto contenido de piperina, el compuesto que le da el picor. Esto sumado a la esperanza de cambio que tienen las comunidades rurales víctimas del desplazamiento forzado la han llevado a convertirse en una de las mejores formas en las que muchas familias encuentran la posibilidad de iniciar una nueva vida.
Fray Jorge Cualtan, presidente de la Asociación Agropimentera del Valle del Guamuez (ASAPIV), es uno de los tantos cultivadores que hoy reflejan en sus ojos y en su sonrisa el alivio de haber dejado en el pasado las huellas de la violencia, que tuvo que vivir en carne propia, para tener hoy en sus manos el alimento de la paz, mikhuna, que en lengua quechua significa alimento.
Con orgullo habla de la marca Mikhuna y con una sonrisa nerviosa propia de su raza nos cuenta cómo y gracias al apoyo de la Unidad de Restitución de Tierra, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Gobernación del Putumayo, entre otros, hoy la marca comercial se hace visible en el mercado nacional y con altas posibilidades de llegar a miles de comensales en el mundo. “Esto fue un sacrificio de años pero hoy vemos los primeros resultados y con ella la esperanza que la pimienta nos dará un mejor vivir sin la necesidad de dedicarnos a los cultivos de la coca”, puntualizó Cualtan
Estas alternativas de sustitución cada vez se fortalecen más, pues no solo son estas 169 familias las que dependen económicamente de este emprendimiento, sino por lo menos otras que hacen parte del mismo; es decir, 157 familias encuentran en la pimienta su forma de vida y de salir adelante con sus familias para un total de 326.
Estos empresarios del campo han logrado mejorar la productividad de sus cultivos, desarrollar sus capacidades sociales, y fortalecer sus habilidades comerciales y empresariales, al punto de ser los gestores de un nuevo modelo asociativo territorial que vincula a diferentes asociaciones pimenteras del departamento para, en lugar de competir, unirse en torno a dos objetivos: abastecer la demanda de pimienta del país, la cual alcanza unas 730 toneladas mensuales y posicionarse en los mercados internacionales.
Al lanzamiento de la marca ya lograron vender media tonelada en el mercado nacional. “Pimienta cultivada por manos de labriegos que hoy viven tiempos de paz en un territorio que fue escenario permanente de la violencia por culpa de los actores armados del conflicto".
José Gómez, especialista en proyectos productivos de la FAO, considera que se trata de una iniciativa que ha permitido lograr un modelo de diversificación, producto de una articulación de actores en el territorio. “Con este proceso se busca consolidar escenarios que ofrezcan calidad de vida favorables, en zonas afectadas por la violencia. La idea está pensada para que los campesinos, con apoyo del Estado y la cooperación internacional, dejen los cultivos ilícitos y reconstruyan social y económicamente su región, afectada por la influencia de los grupos armados ilegales y su lucha por el control territorial”, señala.
La estrategia
Esta nueva imagen se creó en el marco de la Estrategia de Redes Locales de integración Productiva liderada por la Unidad de Restitución de Tierras y la FAO, como fortalecimiento a los proyectos productivos de los campesinos restituidos, al sector agro putumayense y al gremio de pipericultores.
La comercialización del condimento conto con enlaces de los programas “Solidaridad agropecuaria, del campo a tú casa”, “Putumayo compra Putumayo” de la Gobernación del Putumayo y “Fe en Colombia” del Ejército.
Igualmente hay otros personajes y entidades que le están apostando a este proyecto como son: Sabha Gourmet, Santy Zamora, Joli Food SAS (Medellín), Villaseca SAS, Sipote Burrito SA, Frutos Secos y especias El Causal, Takami, La báscula de la señora Marisol Marín, CICR, PNUD, Corpoamazonía (Negocios Verdes), Cámara de comercio del Putumayo, ART, SENA, DiCar Policia, Acción contra el Hambre, Colombia Transforma, Guillermo Vives, Agro-SENA
Otro eje estratégico para el éxito de la pimienta es sin duda los programas de Desarrollo con los Enfoques Territoriales PDETS, programa piloto en el departamento del Putumayo y con ordenanza departamental hace un aliado estratégico y de estricto cumplimiento como lo referencio el Alto Consejero Presidencial para la Estabilización y Normalización en sus reiteradas visitas al Putumayo.
Flor Alicia Gualpa, una de las decenas de cultivadoras, con sonrisa a flor de labio y con ojos ensoñadores ve en la pimienta el anhelo de nuevos y mejores tiempos para ella y su familia como para el resto de sus vecinos que hoy y en medio de la pandemia cuidan de sus cultivos como el tesoro más preciado de sus vidas.