En medio de una rumba amenizada por el ídolo del vallenato Peter Manjarrez, el expresidente de la Comisión de Acusación de la Cámara Julián Bedoya confirmó su ruptura con el Partido Liberal para aliarse con el senador Carlos Andrés Trujillo, barón electoral del conservatismo, con quien pronto lanzará un candidato de unidad a la gobernación de Antioquia.
El telón de fondo de su anuncio fue una parranda con la que el político anticipó la celebración del día del periodista y logró la atención de varios representantes de medios locales, a los que esperó a la entrada del restaurante Andrés Carne de Res en Medellín para obsequiarles dispositivos digitales de última generación.
La formalización de la alianza Bedoya-Trujillo agitó el debate político que se atiza con el comienzo de la campaña a las elecciones regionales de octubre y generó una discusión interna entre organizaciones periodísticas sobre la ética en oficio que se supone independiente y crítico.
Según el dirigente político y analista Gilberto Tobón, el kit de los regalos para los periodistas costó unos 300 millones de pesos. Como la concurrencia fue más de la esperada, aquellos que no alcanzaron a recibir su Galaxy de última generación se conformaron con un bono por 800 mil pesos.
En medio del escándalo generado por la rumba varios movimientos y partidos anunciaron que le pedirán al Consejo Nacional Electoral que considere la fiesta como un acto de campaña y que, en ese orden de ideas, tenga en cuenta el monto de lo gastado allí a la hora de calcular los topes electorales.
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