En su febril empeño por desprestigiar a Santos, el expresidente Álvaro Uribe utiliza afirmaciones muy alejadas de la verdad, que no son opiniones sino informaciones acomodadas a su amaño. Por estos días en su tierra (la mía también) ha estado diciendo en declaraciones radiales que tiene muchas “denuncias” por hacer sobre el trato discriminatorio que el presidente nos ha dado a los antioqueños. Y comienza con tres bien graves, las mismas cuya realidad presento en este escrito. Es lamentable, casi increíble, la forma como tergiversa la verdad.
La primera, que el desarrollo de las autopistas (que él llamo “De la Montaña”) está retrasado porque Santos le quitó a ISA el contrato para hacerlas. Le apunta a una fibra muy sensible para los antioqueños, porque es algo realmente vital para el país y en particular para la región. La verdad es que ISA tuvo que dejarlo, pero no por decisión del presidente Santos sino del Consejo de Estado. El problema le reventó a Santos porque la contratación la había hecho Uribe en forma directa, sin licitación, como convenio interadministrativo entre el Gobierno Nacional e ISA y, ante dudas de la Contraloría y la Procuraduría, el Consejo de Estado estableció que no era legal. ¿Será posible pensar que el expresidente Uribe no lo haya entendido o lo haya olvidado? ¿Cómo puede decir que fue Santos?
La segunda, que Santos le recortó el alcance al proyecto de las autopistas, restringiendo algunas de ellas a una sola calzada y que su gobierno las planteaba todas dobles. Pues resulta que el proyecto tiene un gerente de nivel tan alto como que ha sido gerente general de EPM y de Integral, la firma de ingeniería de consulta más importante de Medellín. Y con él a la cabeza se han hecho los estudios de tráfico que antes no se habían realizado y tales estudios llevan claramente a la conclusión que, no obstante las respectivas vías son de trascendental urgencia, los flujos esperables de vehículos no justifican por algún tiempo la inversión tan elevada que la doble calzada implica. Y todo se dejará previsto.
Y la tercera, que Santos paró la construcción del túnel de Oriente. Una obra fastuosa cuya importancia nadie ha concretado, que había entregado en concesión Álvaro Uribe Vélez pocos días antes de terminar su período como gobernador, a finales del siglo pasado, que conectaría a Medellín con el aeropuerto de Rionegro por un túnel no utilizable por camiones, con una licencia ambiental muy discutible y demandada, otorgada por Cornare. Ante las insistentes críticas de profesionales, autoridades locales, organizaciones comunitarias y ambientales de Antioquia, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales - ANLA – realizó una completa evaluación del Estudio de Impacto Ambiental y las demás bases de la licencia que había otorgado Cornare. Como conclusión, a comienzos de 2012 ordenó parar las obras cuya iniciación había sido decretada por el gobernador Luis Alfredo Ramos y realizar gran cantidad de actividades y estudios que faltaban o eran insuficientes. Y los riesgos muy graves. La labor no ha concluido y la licencia está pendiente. ¿Qué tal eso? ¿Culpa de quién? ¿De Santos?