Ha trascendido que el uribismo posicionaría a la familia Valencia Cossio como los pioneros en lo que han llamado la “recuperación” de Medellín, estrategia que pretende apuntar en dos vías.
Por una parte asegurar lo que para Uribe ha sido un bastión electoral para sostener sus intereses empresariales contra Daniel Quintero, y otra para intentar impedir el avance del progresismo que le sigue restando votos en Antioquia de cara a las elecciones del 2022.
Según han podido establecer algunas fuentes, Fabio Valencia Cossio, uno de los políticos más poderosos al interior del Centro Democrático, sería el encargado de tratar de sostener al uribismo y ponerlo frente a los intereses empresariales en medio de la revocatoria a Daniel Quintero, lo cual es evaluado por el partido de gobierno como un primer plebiscito para las elecciones de 2022 en las que Gustavo Petro y el Pacto Histórico están ganando terreno.
Aunque Valencia Cossio está fuertemente cuestionado y su familia ha tenido varias condenas por nexos con el paramilitarismo y otros actos de corrupción, el poder acumulado y el clientelismo hacen que sea uno de los candidatos con mayores opciones para suceder a Quintero y así recuperar a “Medellín” para sus intereses empresariales y personales.
A favor de Valencia Cossio están sus fuertes relaciones con el conservadurismo en Medellín y en Antioquia. Hay que recordar que ese clan familiar ha sido uno de los bastiones de la política retrógrada del Partido Conservador y fue, en su momento uno de los políticos que logró restarle poder al Movimiento de Salvación Nacional de Álvaro Gómez. Sin embargo, sobre ellos pesan los más fuertes escándalos de la década de los 2000 por poner el Estado al servicio del paramilitarismo.
Los escándalos de corrupción y paramilitarismo de la familia Valencia Cossio
Uno de los primeros y más importantes escándalos de la familia es la condena al exfiscal Guillermo Valencia Cossio a 15 años de cárcel por los delitos de concierto para delinquir agravado, enriquecimiento ilícito y falsedad por sustracción, supresión y ocultamiento de documento público.
La Corte Suprema de Justicia encontró que Valencia Cossio, hermano del entonces Ministro del Interior, Fabio Valencia, desarrolló fuertes nexos con el paramilitarismo y puso la seccional de fiscalías de Antioquia al servicio de las estructuras criminales y narcotraficantes de “Don Mario” y del “Indio”.
En su momento, es decir en 2008, durante el segundo mandato de Álvaro Uribe, la oposición, junto con el senador Gustavo Petro declararon a Fabio Valencia Cossio 'moralmente insubsistente' para ejercer el Ministerio del Interior y de Justicia, o, por lo menos, 'moralmente impedido' para hablar y presentar proyectos que buscan reformar la rama judicial.
En adelante y durante todo el ejercicio del cargo, las críticas a Valencia Cossio le valieron una falta de legitimidad que disminuyó ostensiblemente la imagen ya golpeada de Uribe Vélez.
Vale recordar que Fabio Valencia también fue duramente cuestionado por su apoyo a Andrés Felipe Arias en el marco del escándalo de Agro Ingreso Seguro que tiene al exministro pagado una condena por malversación de fondos.
Así las cosas, parece que el uribismo quiere refundarse sobre las mismas bases delincuenciales que lo han llevado a la debacle electoral, política y de imagen, a lo que se suma el pésimo gobierno de Iván Duque.