En dos años —1998— el poder del clan de los Turbay en el departamento de Bolívar se desmoronó. El escándalo del Proceso 8000 mandó a la cárcel a José Félix Turbay Turbay a cumplir una condena de 6 años por narcopolítica. Cuatro años antes, el exrepresentante liberal había recibido en sus cuentas personales un cheque por $ 50 millones a través de la firma Export Café Ltda., una empresa fachada de los hermanos Rodríguez Orejuela. Aunque Turbay negó durante años que tuviera relación alguna con el Cartel de Cali, Guillermo Pallomari, excontador de los narcotraficantes, testificó en su contra. Con la soga por el cuello, José Félix Turbay prefirió aceptar el delito e incluso comprometió en sus declaraciones a su cuñado Pedro Malaver, exdirector de la oficina de Proexport en España, con quien había movido los dineros del Cartel de Cali.
En el mismo año, la justicia tocó también, y drásticamente, a su hermano David Turbay Turbay, entonces contralor General de la Nación, cargo al que había llegado después de haber sido gobernador de Bolívar y senador de la República. La Fiscalía le abrió investigación y ordenó su detención forzándolo a dejar el alto cargo y un año después, el 29 de diciembre de 1999, fue condenado a cinco años de cárcel. Igual que su hermano José Félix, no logró explicar el origen de $ 49 millones que según la Fiscalía provenían también de Export Café Ltda., la empresa de fachada del cartel, mientras David Turbay alegaba que éstos eran producto de la venta el predio La Arabia, situado en el corregimiento Arroyo de Piedra de Cartagena, a su tío Antonio Turbay. Un juez lo condenó a pagar 5 años y 10 meses de prisión y desapareció de la vida pública hasta hace un par de años cuando intentó una precandidatura presidencial.
Con los dos jefes políticos de la familia enredados, el camino se le despejó a Lidio García Turbay, quien había sobresalido en Carmen de Bolívar, la tierra de los Turbay, por su carisma y habilidades musicales que le dieron incluso para grabar varios discos vallenatos con el grupo “El nene y sus traviesos”.
Lidio, a pesar de tener un papá conservador laureanista, se la jugó por el liberalismo, la línea política materna. En 1995 se estrenó como concejal de Carmen de Bolívar, y luego dio el salto a la Asamblea Departamental, en donde fue reelegido tres veces entre 1997 y 2005. Mezclaba la política con la parranda y en su último año como diputado se asoció con Rubén Lanao con quien formó el grupo “Lidio y Rubén” y grabando tres discos, pero nunca logró pelechar comercialmente, con lo cual dejó ese camino y se fue por la política. Con sus primos José Félix y David Turbay Turbay en la cárcel, Lidio García no tuvo otra opción que tomar las riendas de la casa y en 2002 buscó fallidamente la Cámara liberal por Bolívar en fórmula con Vicente Blel. La derrota lo colocó nuevamente en la ruta de la política regional y en 2003 repitió como diputado.
Sin embargo, su ambición de llegar a las grandes ligas de la política nacional lo llevó a renunciar a la Asamblea Departamental para aspirar nuevamente a la Cámara, y otra vez en fórmula con Vicente Blel, quien no terminó expulsado del partido por el expresidente César Gaviria por sus vínculos con el narcotraficante Víctor Patiño Fómeque, más conocido como ‘El químico’.
A pesar de que Blel perdió su curul, Lidio García sí logró elegirse por primera vez en la Cámara de Representantes con 20.000 votos y colocar a los Turbay en el escenario de la política nacional, aunque sin abandonar el frente regional.
Mientras Lidio iba haciendo carrera en el partido liberal al tenor de su jefe Gaviria, como parte del bloque de oposición del Congreso en el segundo gobierno de Uribe, su primo Dumek Turbay se abría paso en la Gobernación de Bolívar. Dumek comenzó igual que Lidio, eligiéndose concejal de Carmen de Bolívar, pero rápidamente se trasladó a Cartagena en donde fue nombrado secretario del Interior y Convivencia por Gina Benedetti de Vélez y luego de Gobierno por Carlos Díaz Redondo.
Dumek Turbay pasó luego a ser funcionario de la gobernación de Libardo Simancas quien en 2006 lo nombra director de Iderbol —Instituto Departamental de Deportes y Recreación de Bolívar—, cargo en el que logra permanecer con seis gobernadores distintos, algunos de su casa política como Joaco Berrío. Allí calentó motores para en el 2014 aspirar a la Gobernación del departamento y conseguirla con el apoyo de su primo Lidio García Turbay.
La campaña de Dumek Turbay para la Gobernación de Bolívar fue el escenario perfecto para que Lidio García demostrara su poderío político. Sellaron su alianza en febrero de 2015 en una asamblea liberal en el departamento: “Usted, doctor Dumek Turbay tendrá no sólo el aval del Partido Liberal, sino que tendrá el respaldo de la mayoría de los partidos políticos y sus militantes con quienes tenemos acuerdos programáticos que serán públicos en estos días”. Y lo acompañó hasta Bogotá cuando el Partido oficializó a Turbay como el candidato único para la gobernación.
Lidio puso a funcionar toda su maquinaria en favor de su primo. Uno de sus alfiles en el Congreso, el representante Silvio Carrasquilla, quien además es exalcalde de Turbaco, también movió su caudal en favor de Dumek Turbay. Además, la esposa de Carrasquilla aportó $30 millones a la campaña del hoy gobernador de Bolívar, quien terminó elegido con más de 400 mil votos.
Lidio García (segundo de derecha a izquierda) junto a su primo Dumek Turbay celebrando la candidatura a la Gobernación de Bolívar.
Lidio García ha sido un político con suerte. A pesar de haberse hundido en su intento de pasar de la Cámara al Senado en las elecciones de 2010, termina entrando por una vía inesperada. Cuando el Congreso apenas llevaba cuatros meses de trabajo, el procurador Alejandro Ordóñez destituyó a la entonces senadora liberal Piedad Córdoba y García la reemplazó por ser el siguiente en la lista liberal con 35 mil votos.
Sus cuatro años en el Senado le sirvieron para afianzar su poder político regional mientras se defendía de las acusaciones por parapolítica y su relación con el frente José Pablo Díaz, adscrito al Bloque Norte de las AUC que comandó Jorge 40. De hecho, fue en el computador de alias ‘Don Antonio’, jefe de finanzas del exjefe paramilitar, en donde salió por primera vez relacionado el nombre de Lidio García con los paramilitares de Bolívar que le generó la apertura de investigación en la Corte Suprema de justicia donde el expediente aún está abierto, aunque lleva 13 años dormido.
El poder alcanzado regionalmente le dio para que Simón Gaviria, hijo de su protector el expresidente Gaviria, le diera la libertad para entregar los avales para las elecciones del 2015 en el departamento; de las 31 alcaldías a las que le apostó, once coronaron, que en tres años se convirtieron en la base política que le representaron 121.000 votos, el mayor elector del Partido liberal, que le abrió el camino a la Presidencia del Senado. Un pedestal que ni siquiera pudo torpedear el ex Presidente Uribe Vélez, quien furioso lo amenazó con romper el acuerdo para llevarlo a la presidencia, cuando García cantó su voto en contra de las objeciones a la JEP.
El logro, impensado para el clan Turbay cuando hace veinte años estuvo a punto de desaparecer, se medirá también en las próximas elecciones regionales de octubre cuando esperan superar las once alcaldías conseguidas en 2015 y convertirse en los grandes barones electorales de Bolívar.
