Entonces nos bajamos en el Portal Américas y caminamos diez cuadras. No tenemos dolor de muelas, pero claro que lo hemos padecido. Sabemos lo que puede costar una operación rutinaria en la boca, entre $1.000.000 a $ 3.000.0000. Para evitar pagar ese dineral, existe afortunadamente gente como el doctor Luis Santana. Llegamos a su casa de tres pisos en el barrio Casa Blanca ubicado en el sur de Bogotá. Ahí vive este empírico que, preocupado por perfeccionar su arte, se fue a estudiar una tecnología en un instituto de nombre indeterminado y echó pa’lante. Hizo de la terraza de la casa de su hermano un taller donde una prótesis movible puede costar $150.ooo mil una fija $ 120.000. Afirma que son hechas de la mejor calidad.
Desde que tenía 13 años aprendió todo lo que se tiene que saber sobre la boca y sus secretos. Ahora que tiene 60 no se sonroja al reconocerse como un maestro. No se considera un dentista, un oficio que él ve por encima del hombro y que sólo consiste en sacar muelas y en saber aplicar la anestesia. Él cree que es odontólogo. Después de la pandemia los insumos que compraba en Paloquemao con los que hace sus prótesis dentales se dispararon. Por eso se las apañó haciendo sus prótesis con latas de cerveza.
La aventura la retratamos en este video: