El tan esperado concierto de El potrillo de México fue un éxito total. Al Centro de Eventos Autopista Norte no le cupo una sola persona más. Los shows, tanto de Banda MS, la agrupación que muy bien calentó al público, como del mismísimo hijo de don Vicente Fernández, que tiene nombre propio, ganado después de décadas y décadas de carrera artística, fueron un espectáculo que unieron más al público colombiano con la tierra de las rancheras.
Y fue precisamente vestido de charro mexicano como Alejandro Fernández hizo cantar y gritar a todo pulmón sus canciones, las de su papá y las de otros artistas que puso en tarima con su voz.
Después de que Banda Ms dejara listo al público con un show de casi dos horas, donde puso a corear y bailar a todos, Alejandro Fernández, dejando atrás el jueves y acariciando ya el viernes, a las 12:30, puso la cereza del pastel arrancando escondido detrás del mariachi con Tantita pena, el exitazo que hizo estallar el júbilo de los presentes. Todos querían verlo, las sillas verdes de plástico de los palcos sirvieron de escalera y absolutamente nadie se quedó sin pararse en ellas para sentirlo más cerquita.
El concierto, minuciosa y puntualmente organizado por Ocesa Colombia, fue una fiesta de principio a fin. A muchos les faltaron minutos y horas para seguir seguir siendo las segundas voces de El potrillo, quien hizo llorar a más de una y más de uno, al recordar a su padre, don Vicente Fernández, el Rey de la ranchera, fallecido a mediados del diciembre pasado. “Quiero un aplauso fuerte que llegue hasta el cielo”, dijo.
Notoriamente conmovido, con los ojos aguados también dijo: “Perdí a mi mejor amigo y a mi mejor maestro, a uno de los mejores cantantes de todos los tiempos” y como homenaje a su padre interpretó trozos de las canciones Estos Celos, Acá entre nos, Mujeres divinas, Por tu maldito amor, y Hermoso cariño.
Alejandro Fernández lo dejó todo en la tarima, con cada interpretación pareciera que tuviese voz y ganas de seguir cantando dos días seguidos. Técnicamente también fue un gran espectáculo. Hubo gran sonido y la nitidez de las dos pantallas auxiliares permitieron que hasta el último de la fila no tuviera la necesidad de estar en las primeras filas para sentirlo cerquita de su mesa.
Entre su repertorio estuvieron canciones de su nuevo álbum Hecho en México y también sus clásicos románticos. Interpretó Mátalas, Se que te duele, Abrázame, Como quien pierde una estrella, Te olvidé, Canta Corazón, Amor tumbado, Caballero y otrás más que nadie dejó de cantar. Ahora, Barranquilla lo espera, donde cantará este sábado 26 de marzo, muy seguramente dejando el alma y el corazón en la tarima como lo hizo en Bogotá.