Casi 25 años alcanzó a estar cerrada la Embajada de Colombia en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) antes de que el presidente Gustavo Petro decidiera reabrirla en febrero de 2024 con el objetivo de encontrarle sitio a un Armando Benedetti, que por entonces llevaba siete meses en el ostracismo después de salir por la puerta de atrás de la Embajada en Venezuela. Ahora, ya con el barranquillero de regreso en el país y con cargo como asesor presidencial, esa representación diplomática no solo permanecerá abierta, sino que también seguirá siendo un espacio para resguardar a viejos aliados del gobierno como es el caso de Jhenifer Mojica, la exministra de Agricultura.
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Mojica fue la elegida por Petro para reemplazar a Cecilia López tras su primer gran remezón ministerial y fue poco más de un año el tiempo que alcanzó a estar al frente del Ministerio encargado de sacar adelante la ambiciosa reforma agraria de este gobierno. La bumanguesa contaba entonces con una vasta experiencia en entidades como la Unidad de Restitución de Tierras y con una gran confianza de parte del Presidente, la cual no fue suficiente para sostenerla en el cargo ante las críticas que le llovieron por su baja ejecución presupuestal y por problemas internos que llevaron a la renuncia de varios funcionarios, entre ellos la hoy ministra Martha Carvajalino.
Tras su salida en julio de 2024, alcanzó a pasar un mes lejos del gobierno antes de que apareciera una mano salvadora
En medio de un cruce de favores, el entonces ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, llamó a Mojica para que fuera asesora de su despacho ganándose $16 millones al mes, decisión en la que pudo haber pesado el hecho de que la propia Mojica como Ministra había puesto a Claudia Liliana Cortés, esposa de Bonilla, como directora de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) un año atrás.
Ahora, la bumanguesa ya está empacando sus maletas rumbo a Italia para tomar las riendas de una Embajada que el expresidente Andrés Pastrana y su canciller Guillermo Roque Fernández de Soto consideraron en su momento innecesaria. Aunque, eso sí, a diferencia de Benedetti, ella sí cuenta con experiencia en temas de alimentación y agricultura.