Este lunes 9 de octubre de 2017 fue tendencia nacional en redes sociales la etiqueta #FiscalCorruptoRadical, que promocionó nuevamente la página de Facebook La Naranja Castrochavista, en protesta por el paupérrimo desempeño y la evidente relación del actual fiscal Néstor Humberto Martínez con reconocidos partidos políticos como Cambio Radical y el Centro Democrático; además de sus estrechas relaciones con el sector bancario del país y con su gran representante Luis Carlos Sarmiento Angulo, entre otras personalidades del poder político y económico.
Desde el tiempo anterior a su nombramiento a mediados de 2016, todo en el país sabía que Martínez sería el sucesor de Eduardo Montealegre. Una de las burlas más grandes a los colombianos pretendió hacer ver que su elección había sido por méritos. Santos abrió la convocatoria pública a expertos en Derecho, con más de 10 años de experiencia en derecho penal (como es lo ideal para este alto oficio) y una hoja de vida intachable para concursar —destacando responsabilidad y pulcritud— para ser el nuevo fiscal general. Pero todo era una farsa, Martínez, el consentido de los poderosos de este país se quedaba con el puesto, como lo habían anticipado el congresista Jorge Robledo y otros sectores de la oposición. “Este será un fiscal de bolsillo”, afirmaron muchos.
El uribismo, los conservadores, el liberalismo, el vargasllerismo y demás representantes de los grandes emporios económicos urbanos y rurales celebraron con júbilo su evidente elección.
El actual fiscal general desde sus inicios en la vida pública ha estado vinculado a la política y a la banca. Ha fungido como candidato político (Alcaldía de Bogotá), aunque sin suerte para obtener un cargo de elección popular, ha ostentado innumerables altos cargos gubernamentales en diferentes mandatos presidenciales pero también es una persona muy relacionada con el sector bancario privado, el hijo consentido del billonario banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, dueño de casi la totalidad de la banca privada colombiana y uno de los hombres más ricos del planeta, según Forbes (1). Ha sido su abogado estrella. Además, su vinculación con el candidato a la residencia Germán Vargas Lleras ha sido más que notoria, militante desde 1998 de Cambio Radical, anteriormente denominado Nuevo Liberalismo (2).
El favorecimiento a Álvaro Uribe no es menos evidente, “Álvaro Uribe es un verdadero patriota”, sentenció en 2015 (3). En septiembre de este año, Fatou Bensouda, la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) vino a Colombia a indagar sobre los asesinatos sistemáticos de civiles inocentes por parte del estado colombiano (falsos positivos), que constituyen delitos de lesa humanidad según ese alto tribunal y que se presentaron en los gobiernos de Álvaro Uribe, con tal sorpresa que el fiscal Martínez no entregó información correspondiente, desatando la protesta de la fiscal que expresó que “se mostró descontenta con lo solicitado a la Fiscalía General de la Nación porque no vieron ningún compromiso con las investigaciones y que se iba con las manos vacías”(4).
De Néstor Humberto Martínez podríamos escribir un dossier muy amplio y detallado sobre su inoperancia, pero sobretodo sobre su ilegalidad para ejercer ese cargo, porque debería declararse impedido en las investigaciones que se suscitan en los grandes casos de corrupción de este país, ya que por cercanía y filiación política o por las asesorías jurídicas prestadas por su firma de abogados en las que ha sido su representante se ve relacionado (5).
Pero más allá de toda su innegable y descarada relación con estos actores ultra poderosos del país, Martínez tiene un propósito mayor: impulsar a Vargas Lleras como presiente de Colombia.
Su poderío desde tan alta corporación está empeñado en esa tarea, las persecuciones políticas a Gustavo Petro, Claudia López, Camilo Romero, Jorge Robledo, Sergio Fajardo y otros que ostentan algún grado de amenaza para Varga Lleras, así como su poca eficiencia en casos de megacorrupción lo confirma.
Recordemos que los últimos grandes casos de corrupción no han sido destapados por la Fiscalía colombiana, sino por el gobierno de los EE.UU., donde actualmente está preso por corrupto el fiscal anticorrupción de Colombia.
¡Definitivamente con este fiscal, el pueblo no tiene garantías!
Ver también:
Congreso cita al fiscal y a Sarmiento Angulo a debate sobre Odebrecht
La catedral del fiscal general
Néstor Humberto Martínez, un Fiscal de bolsillo de Sarmiento Angulo?