La historia de nuestro país nos ha mostrado que nunca hemos estado preparados para afrontar una crisis, nuestros gobiernos se han quedado cortos en sus intenciones y han mostrado su incapacidad para ejecutar planes de acción y prevención ante inminentes tragedias que se han avecindado en el territorio nacional. Casos como el de Armero, en los que la tragedia se pudo evitar, evidencian que hay cosas mucho más importantes en la agenda política nacional.
Esto, sin dejar de lado que en Colombia todos los días mueren ciudadanos por causa del abandono del Estado, mueren líderes, niños y madres que son ignorados por su condición social. De por sí, ya somos una sociedad enferma, mientras nuestros niños se mueren de hambre en muchos rincones del país, al mismo tiempo no tenemos una cobertura ni unos recursos dignos para satisfacer el derecho a la salud o a la educación. Estamos solos, expuestos constantemente, no solamente a este virus, sino a la corrupción.
En Colombia no podemos seguir esperando a que el gobierno de turno tome medidas y asuma responsabilidades frente a una crisis de cualquier índole. No lo ha hecho nunca, y no lo hará ahora, si algo nos ha caracterizado como sociedad, es que estamos solos, el abandono social, la precariedad en la salud, la pobreza y la discriminación de clase son nuestro pan de cada día.
La situación ante este problema de salud pública, nos deja ver la incompetencia de nuestro gobierno, nos muestra que está más interesado en proteger la economía de las élites que dominan al país, y sobre todo nos revela la intención que tiene de salvaguardar y ocultar los estragos de su propia administración empañada por corrupción y asesinatos.
El compromiso de todos los colombianos es mucho más importante, en la medida que las precauciones deben ser tomadas desde la autonomía de nuestros hogares. No podemos entrar en pánico, pero si debemos tener empatía con las personas que sufren los estragos económicos de esta situación, no todos podemos estar tranquilos en nuestras casas, algunos necesitan salir a buscar su sustento diario, hagamos compras sensatas, y sobre todo tengamos por un momento esa conciencia ciudadana que tanto nos falta.
¡Estamos solos pero debemos actuar unidos!