La tensión entre las directivas de Ecopetrol y los sindicalistas reunidos en la Unión Sindical Obrera son un ingrediente más de los momentos de oscuros nubarrones que vive sector petrolero y la empresa insigne de Colombia. El presidente de la Uso, Edwin Castaño habló, dio sus primeras impresiones sobre el nuevo presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverri y se refirió a dos temas claves para el sindicato: el plan de modernización de la refinería de Barranca y la retoma de la operación de Campo Rubiales por Ecopetrol. Y por qué frenaron la orden de paro.
¿Qué impresión les deja el nuevo presidente de Ecopetrol? ¿Cómo lo recibe la USO?
Teníamos una visión distinta de él y de su manejo de las relaciones. Pero nos pareció una persona calmada, correcta, aplomada, que no esgrimió prepotencia, que deja hablar y escucha. Nos manifestó que su lema es solucionar problemas y a eso llegaba, a contribuir a que Ecopetrol creciera y se posicionara por 20 años más. Le dije que aspirábamos que fueran cien años más. Le dejamos claro que aspirábamos a que nos permitiera ejercer el trabajo sindical como lo hemos hecho en los últimos 50 años.
¿Qué acuerdos se lograron con la empresa para que la USO reconsiderara la posibilidad de ir a la huelga en estos momentos?
La USO es un actor político, y como tal le corresponde enfrentar los escenarios políticos con el alto gobierno. En los días previos al cese de actividades que teníamos previsto fuimos convocados a una reunión con los ministros de trabajo y de minas, el Director Nacional de Planeación. Acudimos para conocer la visión de parte del gobierno sobre el futuro de Ecopetrol. Planteamos que los artículos 11, 27 y 135 del Proyecto del Plan Nacional de Desarrollo implicaban una amenaza en la vía de la privatización de la empresa, pero el director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, ratificó que en ningún momento el gobierno ha pensado en escindir o enajenar o vender a Ecopetrol. Le hicimos saber que estamos pendientes del pasivo ambiental, social y laboral que dejará Pacific Rubiales cuando entregue Campo Rubiales.
¿Ya hay claridad sobre la operación futura de Campo Rubiales?
Nos dejaron un gran interrogante: no se sabe si lo va a operar una administración delegada, o mediante contrato de mantenimiento y operaciones, o lo va a operar directamente Ecopetrol. La USO hizo un juicioso estudio técnico, financiero y jurídico que dice que el valor presente neto, que es lo que el gobierno necesita saber si es viable para Ecopetrol asumir la operación directamente, está por encima del 4%. Con lo cual no debería entregársele a un tercero para asegurar mejores ingresos. Prueba de ello es la exitosa experiencia de Castilla y Chichimene, dos campos que se revirtieron y cuya operación Ecopetrol asumió directamente hace 14 años. Hoy ambos producen 180 mil barriles diarios de petróleo.
¿En qué va el caso Edwin Palma, el vicepresidente del sindicato que despidieron?
Está en manos del presidente de Ecopetrol. Nosotros decimos, y así lo hemos denunciado, que lo tienen más como un rehén. Porque el suyo es un caso sui-generis. Lo que se hace cuando un trabajador tiene fuero es que la empresa empiece por solicitar a un juez el levantamiento del fuero, para proceder al despido. Aquí se hizo lo contrario, el compañero fue llamado a descargos por el método convencional, que da tres días para definir su situación. En este tiempo la empresa le pasó la carta de terminación del contrato sin levantarle el fuero. Él está despedido, pero sigue devengando sueldo, bajo el amparo del artículo 140 del Código Sustantivo del Trabajo hasta que un juez decida lo contrario.
Cuál es la posición de la USO frente al proyecto de modernización de la refinería de Barrancabermeja.
Para nosotros la modernización de la refinería de Barranca, que es vieja y obsoleta, es tan importante como la nueva refinería que se está terminando de construir en Cartagena. Fedesarrollo hizo un estudio que determinó que se trata de un proyecto de interés nacional, que aumentaría el PIB para el año 2020 que se terminaría y generaría 40 mil empleos entre directos e indirectos. A Barrancabermeja le ingresarían unos $60 mil millones por concepto de impuestos, más el aumento en el consumo per cápita. Se dice que por cada 13.2 pesos que se inviertan en el proyecto, 4.1 pesos se quedan en la región, lo que aumentaría el poder adquisitivo de los trabajadores y la población. Se ha trabajado pero no llena nuestras expectativas.
En cuanto al número de despidos de trabajadores atribuibles a la coyuntura de los bajos precios del petróleo, ¿qué nos puede decir?
Es difícil hacer un cálculo. Nuestros cálculos dan unos 11 mil trabajadores que perdieron su empleo, otros análisis hablan de 25 mil. Hay campos de operaciones y servicios petroleros que han cerrado. De Campo Rubiales salieron 7 mil trabajadores, y en Ecopetrol se han dado despidos pero no masivos. Se dio una masacre laboral en el Instituto Colombiano del Petróleo, donde se cancelaron los convenios con dos firmas contratistas y eso dejó sin trabajo a 550 personas. También suena la liquidación de Oleoductos Bicentenario, empresa de la que pueden salir 140 trabajadores. Le hemos pedido a Ecopetrol que busque la forma de no vender o escindirla, que mantenga esos puestos de trabajo.
Finalmente, ¿estaría dispuesta la USO a entregar conquistas laborales como una forma de hacer frente a la crisis de Ecopetrol?
Hubo una reunión con el Gobierno, los Ministros de Minas y de Trabajo, directivos de Ecopetrol y otras petroleras, y con las organizaciones sindicales del sector: USO, la Uten y Sindispetrol. Estas dos últimas plantearon su disposición a entregar derechos de los trabajadores como parte de solución de la crisis. La USO no asume esa posición, no está para entregar derechos adquiridos porque esta no es una coyuntura propiciada por los trabajadores. Durante los últimos diez años las empresas petroleras han obtenido grandes ganancias, y ahora no solo piden más exenciones de impuestos sino que quieren que los trabajadores asuman el costo de la crisis. La USO podía entregar su convención colectiva y ésta no suma ni el 5% del presupuesto de Ecopetrol. Es como en el juego de la pirinola, en el que los trabajadores son los que ponen, mientras las empresas y el gobierno no ponen nada. Hemos propuesto planes de contención social con el Sena, el Gobierno, las empresas petroleras y los sindicatos, a fin de generar unos escenarios de diálogo para ver como superamos en mejor forma esta coyuntura.