Durante la última década del siglo anterior, los Ingenieros Militares dejaron operaciones de combate a un segundo plano y reanudaron las actividades propias del arma, pero esta vez no solo para beneficio de las propias tropas sino también para beneficio de todo el país, llevando caminos y carreteras de paz y bienestar a las zonas más alejadas del país mediante proyectos de infraestructura vertical y horizontal que aporten al desarrollo sostenible de las regiones golpeadas por el atraso y subdesarrollo que la presencia de grupos narcoterroristas impone.
Por ello, el Ministerio de Defensa identificó quince zonas vulnerables, con débil presencia del estado donde se presentaban altos índices de vulneración de derechos humanos, así como constantes infracciones al Derecho Internacional Humanitario, práctica de cultivos ilícitos y presencia de grupos armados al margen de la ley, con el fin de consolidar en todos los aspectos estas zonas. Por ello, una vez que las tropas hayan entrado y garantizado la seguridad de estas poblaciones, los Ingenieros Militares llegan con maquinaria, cemento y palas para llevar a estas personas la infraestructura que jamás tuvo, las comodidades y el progreso que la presencia de estos grupos narco traficantes no permitió jamás.
“La guerrilla le tiene más miedo al asfalto que a las balas” asegura el señor Brigadier General Guillermo Arturo Suárez Ferreira, jefe de Ingenieros del Ejército. “saben que con desarrollo social se le acaba el discurso y el poco respaldo que les queda entre la población”
Y los resultados saltan a la vista: las poblaciones que ahora cuentan con salidas y vías para transportar sus productos agrícolas, han dejado de lado el cultivo de productos ilícitos y lo han reemplazado por café, naranja, piña y arroz, según la zona beneficiada. Estos proyectos han asegurado y cambiado por completo la vida de miles y miles de colombianos que solo conocían la sangre y el terror como ley de sus vidas.
Un claro ejemplo de esto es el departamento del Meta, cuya gran parte de su territorio se convirtió en zona de distensión durante muchos años permitiendo que los guerrilleros hicieran daño a la comunidad a su antojo y mancharon de sangre los sueños de miles de habitantes que sufrieron la presencia de estos individuos. Durante los años que prácticamente gobernaron gran parte de este departamento, se triplicaron las denuncias por los actos delictivos y violatorios al Derecho Internacional Humanitario. Retenciones, requisas, allanamientos, robo de ganado, extorsiones, secuestros eran el pan de cada día sin que nadie pudiese hacer nada al respecto. Era la ley de la sangre y el horror.
“Esto era una pesadilla, en cualquier momento venía uno o venía el otro y lo acusaba a uno de estar de tal lado o estar en su contra” afirma Jorge Herrera, habitante de Mesetas. “Uno no tenía paz en ningún momento, porque siempre estábamos con ese miedo que nos fueran a hacer algo. A mí me tocó irme con mi familia a otro lado y dejar la finca porque así era muy duro vivir”
Sin embargo, una vez librada la zona de distensión de la presencia de estos grupos narco terroristas, el Ejército tomó el control de la zona y llegó el progreso a través de los soldados con camuflado y casco.
Con la conformación del Comando Operativo de Ingenieros No.2 respondiendo a la estrategia y al plan de guerra Espada de Honor, se iniciaron los trabajos de lo que hoy se conoce como La Transversal de la Macarena, una vía bio oceánica cuya intención es unir el océano pacífico con el atlántico cruzando por el corazón mismo de la patria, permitiendo la comunicación con la Orinoquía, la región andina e integrando el pacífico, enlazando además a países vecinos como Ecuador y Venezuela.
"Mire a mi me tocó dejar la producción lechera y cultivar otras cosas en la época en que la guerrilla andaba como pedro por su casa" dice Silvio Huertas*, oriundo de San Juan de Arama. " A mi eso no me gusta porque eso es ilegal y no soy ningún criminal pero ellos eran la ley en ese tiempo, tiempo que gracias a Dios ya pasó y pude volver a mi finquita, a mis vaquitas, a lo que a mi me enseñaron desde chiquito, no a ser criminal."
Pero no solo la economía y el turismo se han visto beneficiados por este proyecto: los niños patinadores de la liga de Mesetas utilizan a diario esta vía para poder practicar la modalidad de ruta, a falta de escenarios deportivos en su corregimiento.
Everardo Cañas, instructor de patinaje de la liga de Mesetas afirma que la carretera ha servido mucho para que los niños tengan la oportunidad de practicar y entrenar, además que se ponen muy felices cuando los llevan a la Transversal de la Macarena.
"“Muchas gracias a los Ingenieros Militares y al Ejército Nacional por la obra, esto es una bendición y les agradecemos de corazón. A los niños les gusta mucho venir a patinar a la carretera” afirma el profesor Cañas.
Con una inversión de alrededor de $171.793.490.229, este proyecto cuenta con el apoyo y la supervisión del Ministerio de Transporte, INVIAS, Fonade y Ministerio de Defensa, constituyéndose como un trabajo inter institucional encaminado a llegar a los corazones de los habitantes de esta zona que durante muchos años no tuvo dolientes.
Son 221.4 kilómetros los que conforman este ambicioso proyecto y actualmente se encuentra conformado por dos frentes de trabajo: uno en San Juan de Arama. Mesetas y otro en el departamento del Huila, conectando el municipio de Baraya con el departamento del Meta, reduciendo de esta manera en un 50% el recorrido de este tramo de 497 kilómetros, minimizando el tiempo de doce horas a seis horas y media, además de la ampliación de la capacidad vehicular que permitirá mayor flujo de comercio y de turismo.