Egan Bernal es el gran colombiano. Él si que refleja lo duro que les toca a los jóvenes surgir en un país sin oportunidades. Con las uñas viajó a Europa a enrolarse con un equipo italiano y empezar a escalar. Nada fue fácil a pesar de registrar los watios y la potencia de la que hacía gala en cada pedaleo, en cada test. A sus 24 años acaba de ganar su segunda gran vuelta, el Tour y el Giro, las dos carreras más importantes del mundo. Nada fue fácil en estas tres semanas. Sólo un super hombre puede respirar después de pasar estos 2.000 kilómetros.
En diálogo con su mamá y con su amigo íntimo Juan Charry, reveló en qué consistirá su celebración apenas regrese a Colombia: su mamá le hará su plato favorito, arroz con pollo, arepas de yuca y tinto, osea café cerrero y normal, un almuerzo de obrero que recuerda de donde vino Egan Bernal: de las entrañas del pueblo colombiano que lucha día a día para subsistir.