Crece el descontento de las comunidades indígenas inga y kamëntzá del Alto Putumayo ante la presencia permanente del Ejército en el municipio de Sibundoy.
Esta noticia viene rondando desde los primeros meses de la pandemia, cuando se conoció un documento en el cual se destina un predio perteneciente al municipio, en donde funcionaba el matadero, para la adecuación e instalación de una base militar que operaría en esta zona del Putumayo.
Lo anterior generó una serie de reacciones en los habitantes de la zona, en donde hay voces a favor y en contra de esta acción. Sin embargo, las comunidades indígenas rechazaron vehemente este acto con plantones y movilizaciones pacíficas, logrando la instalación de una mesa de negociación con la alcaldía, en donde se acordó que el predio no se destinaría para la base militar y se haría un llamado a los habitantes a concertar cuál sería el uso más adecuado para las instalaciones.
A pesar de estos acuerdos, a finales del mes de octubre, nuevamente las voces de rechazo comenzaron a tener fuerza, esto en respuesta a la presencia de los miembros del Ejército en la zona, los cuales se han instalado de manera permanente del predio perteneciente a la alcaldía, acción que desconoce lo acordado anteriormente.
Las comunidades han hecho el llamado a hacer veeduría por parte de los habitantes del Valle de Sibundoy, afirmando que se está vulnerando la autonomía de los pueblos para autoprotegerse. Además, le suman que detrás de esta acción habría intereses económicos que podrían ser perjudiciales para la existencia de las comunidades que residen en la zona.