El sábado 1 de junio de 2019, la comunidad de las veredas San Vicente y La Esperanza del municipio de Carmen de Viboral se dieron cita en la escuela para oponerse al proyecto Cocorná 1, sitios de zona de influencia donde comienza el estudio de la empresa Praming y Taborda Vélez para construir la quinta microcentral en esta región del oriente antioqueño.
En el proyecto hidroeléctrico El Popal, personas que salieron por consecuencia del conflicto armado por parte de grupos paramilitares o de la misma guerrilla, y regresaron en su momento, jamás pudieron volver cuando este les secó el río, por eso expresaron su descontento y una oposición clara para que dejen al río en paz.
“Las cosas más importantes de la vida no tienen precio y hoy estas empresas le van a poner precio a lo nuestro: al agua, a nuestro territorio y a nuestro animales. Es el momento de decirles que no queremos más este tipo de proyectos y que queremos hacer nuestro proyecto de vida sin agentes externos que nos vengan a decir qué es lo que debemos hacer” aseguró Sebastián Agudelo, integrante de la organización ambiental Movete.
Carlos Mario Palacio nació en Cocorná, se está formando como periodista y espera que sus hijos también puedan disfrutar del río. Por eso en sus textos periodísticos ha dimensionado las afectaciones que han ocurrido en el sector de El Popal, debido a que allí se secó el río y los habitantes tuvieron que salir porque en un territorio sin agua no hay vida. En consecuencia, como integrante de Movete, también viene haciendo oposición al proyecto y documentando las afectaciones por las cuatro microcentrales que ya están operando en el municipio.
En una entrevista que le hicieron a Ángela Montoya, directora de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen) en 2015, esta aseguró que Colombia produce alrededor de 15 mil megavatios de energía, de los cuales consume diez mil y los otros cinco mil son vendidos a otros países.
Por eso para Flor Gallego, lideresa del oriente antioqueño, es claro que no pueden permitir que los empresarios se lucren a costo de la pérdida del tejido social, ambiental y laboral en torno a la tierra, porque al final estos venderán a las multinacionales lo que producen, mientras las afectaciones las tendrán que sortear las personas oriundas de la región y por eso perderán su trabajo, sus animales y posiblemente su hogar.
A esto se suma la denuncia que realizó con respecto a los campesinos que vienen engañando para que firmen la aprobación del proyecto, sin ni quiera conocer la dimensión de éste, dado que apenas están realizando los estudios ambientales por parte de la empresa Priming.
Por último, recordó que en la vereda La Esperanza se viene adelantando un proceso de reparación de víctimas con la Corte Interamericana de Derechos Humanos por las masacres perpetradas por el paramilitar Ramón Isaza a líderes de estos sectores, por eso al unísono todos piden que respeten la memoria de sus familiares y del río.
Aunque quisimos realizar una entrevista con el presidente de la empresa Praming, los trabajadores de esta compañía que estaban realizando el taller de socialización nos dijeron que no era posible dar declaraciones al respecto.
Las cuatro microcentrales
1. La PCH El Popal
2. Central Hidroeléctrica (CH) San Miguel
3. La PCH El Molino
4. La PCH San Matías