Cuando grandes queríamos ser astronautas, princesas, escritores o cantantes. (Yo todavía quisiera ser cantante y, en estos días, futbolista). Pero poco se nos ocurrió lo de ser personas comunes y corrientes.
De hecho, dicen que ese es el rasgo distintivo de los de mi generación, los "Millenials". Somos los que cumplimos 18 en la década del 2000 y vamos por el mundo ligeramente confundidos y alargadamente adolecentes.
Como todas las clasificaciones, peca por generalizar demasiado. Pero asumiendo que todos (también de pronto los de fuera de ese rango de edad) tenemos algo de esa adolescencia “millenial”, creo que esta nace en no darse cuenta de que la vida es, en realidad, común y corriente. (Y no crean, lo escribo aquí porque lo llevo pensando un tiempo y ha sido medio re-descubrimiento: ya lo intuía pero no lo había puesto nunca en palabras.)
Me refiero al trabajo, la universidad, los amigos, el/la chic@ y la vida en general. Son pocas las cosas realmente extraordinarias y casi todas las buenas oscilan en un punto medio en el que están bien y ya. Uno no salva al mundo todos los días ni hace millones de dólares (al menos no a mi/nuestra edad), ni los amigos son siempre las personas con menos defectos del mundo ni los paseos una sola ola de alegría y adrenalina. Lo que pasa es que tanta foto en Facebook y en Instagram hacen creer lo contrario.
Pero, lejos de ser un problema, creo que este descubrimiento mío es refrescante. Se puede tener un trabajo común y corriente y amigos comunes y corrientes y una vida sin miles de aventuras sin lamentarse porque hay un mundo afuera del que nos estamos perdiendo (esto tómese, sin embargo, con varios matices).
Digo sin lamentarse, porque las mejores cosas del mundo a veces pasan sin foto panorámica: un ataque de risa, un café en una ciudad nueva (y no en el monumento que dizque había que ver pero tanto turista en verdad no dejó), cantar una canción a grito herido en el carro estando en un trancón, un asado con amigos o una comida en familia.
Así, hay una frase de John Lennon que creo que había entendido mal. Él dice algo como "La vida es lo que pasa mientras estas ocupado haciendo otros planes". Yo pensaba que se trataba solo de salir (¿salir a dónde?) y hacer cosas y vivir aventuras y tener una vida frenética. Y seguro tiene algo de eso. Pero también se debe tratar, creo, de vivir las cosas que pasan todos los días y tratar e hacer de ellas lo mejor y más agradable posibles porque, al fin de cuentas, eso es lo que va a haber sido nuestra vida.
Y entonces me imagino que si uno aprecia lo común y corriente (sin que eso implique dejar de buscar cosas mejores y bonitas) al final va a haber tenido una vida agradable y feliz. Pero, para no irnos tan lejos, si uno hace esto (y a hacer de ello algo apreciable) no va a hacer falta esperar a que llegue el viernes, o las vacaciones, mi príncipe azul o "mi primer millón" para estar feliz.