En Toca Boyacá Rosalba Vergara Guio, como sus otros diez mil habitantes, llevan doscientos años viviendo del cultivo de cebolla roja, la papa y el maíz que siembra en su finca El Cerezo. Desde que era niña soñaba con el día en que las extenuantes horas de trabajo que llevaba cultivar y recolectar los bultos de alimentos fueran pagadas a un precio justo.
Pero para estos campesinos boyacenses poder negociar sin especulaciones con las plazas mayoristas y las grandes cadenas de mercado siempre fue una utopía. Rosalba no tenía idea que la clave para combatir el establecimiento la iban a tener Brian y Alejandro, sus hijos. Lejos de la ciudad y de las innovaciones, los dos muchachos madrugaban a sacarse ampollas en las manos mientras a punta de azadón le abrían surcos a la tierra para regalarlas con semillas. Luego era esperar las lluvias, los meses, el verdor de la cosecha. Un trabajo en el que no sólo se requerían resistencia física sino paciencia y estar sicológicamente preparados para el desencanto. Por lo general los Vergara tranzaban un precio de 20 mil pesos por bulto de papa pero los mayoristas casi siempre terminaban pagándole la mitad. Rosalba no se iba a conformar con ser explotada.
Desde que era muy joven quedó a cargo de los dos mellizos. Rompiéndose la espalda sacó a los dos muchachos adelante y ahora ellos le iban a dar la mano que necesitaba. A Brian y a Alejandro se les ocurrió crear una plataforma virtual para poder vender sus productos directamente al público. Acceder a la plataforma que idearon era muy sencillo: después de entrar a www.campoagro.com se llena un formulario con los datos básicos y una vez hecho esto elegir si lo que querías era comprar o vender. La propuesta fue tan atractiva y coherente que el Ministerio TIC y Apps.co los invitaron a Rosalba y sus dos hijos al Colegio Técnico Plinio Mendoza Neira de Paipa para que pudieran tener las herramientas tecnológicas y así desarrollar la aplicación.
Con la ayuda de un tutor que los Vergara pudieron perfeccionar Compro-Agro, la herramienta que les permitirá, en un futuro cercano, a los campesinos colombianos vender sus productos directamente, libres de intermediarios y especulaciones y así recibir, por fin, el pago justo por su trabajo.
Al principio sólo pretendían ayudar a los diez cultivadores de Toca que tuvieron en cuenta la iniciativa tecnológica. Primero fueron diez cultivadores, al mes pasaron a ser cien. Los problemas eran de conectividad, de acercar a un computador al que no lo tuviera. No necesitaban más. A mediados del 2015, un año después de haber sido creada, Compro Agro estuvo entre las cinco nominadas a Titanes Caracol en el área de tecnología. No ganó pero los campesinos están poco a poco aprendiendo a manejar la herramienta.
Desde El Cerezo, acompañada con sus dos hijos y su padre, Rosalba está cambiando la manera de hacer negocios que tenían los campesinos utilizando algo tan exótico para ellos como son las nuevas tecnologías en un país del tercer mundo.