José Han es un diplomático taiwanés destinado en Bogotá, Colombia, como director de la Oficina Comercial de Taipei en este país. Casado con una panameña y con un español fluido, Han ha residido en los últimos años en varios países del continente y también en España, donde vivió algún tiempo y conoce bien. Ahora, en esta entrevista realizada en Bogotá, nos habla de cómo Taiwán enfrentó exitosamente al coronavirus y cuáles fueron las estrategias empleadas.
Ricardo Angoso: ¿Qué ha hecho Taiwán para gestionar esta crisis de una forma eficaz y que hoy tenga tan pocos casos de coronavirus, a diferencia de China?
José Han: Yo creo que nuestro éxito como país deriva de la experiencia que tuvimos en el 2003 con el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), una enfermedad que nos golpeó muy fuerte en Taiwán y que nos dio muchas lecciones para enfrentar ahora el coronavirus, tanto en la población como en el gobierno. Ahora, desde el inicio del coronavirus, empezamos a tomar medidas para evitar la propagación. En primer lugar, comenzamos a cerrar fronteras, sobre todo los flujos que llegaban de China, examinando a los pasajeros e incluso imponiendo la cuarentena a algunos sospechosos de padecer la enfermedad. Luego, en segundo lugar pero no menos importante, instalamos un Centro de Comando Nacional para gestionar la crisis producida por esta enfermedad y para coordinar los esfuerzos de todos los ministerios y que los mismos no se dividan en sus acciones, que es otra enseñanza que aprendimos del SRAS.
También hemos utilizado las nuevas tecnologías. Nosotros tenemos un sistema de salud de cobertura universal que en Taiwán cubre a todos los ciudadanos, tanto taiwaneses como extranjeros residentes en el país, que llega al 99,7% de la población, y ese sistema estudia el historial de viaje de los recién llegados y detectamos, a través de las nuevas tecnologías, los casos sospechosos de coronavirus. Luego también tenemos unas 1500 salas especiales -Salas de Flujo Laminar- controladas donde el flujo de aire entra pero no sale, estando siempre descontaminadas, y tenemos tantas, a diferencia de otros países, porque aprendimos de lo importante que es estar preparado para estas amenazas a raíz de la crisis del SARS. Entonces, todos los casos sospechosos del coronavirus los tratamos en el sistema de salud y no los dejamos en cuarentena en sus casas, que siempre implica más riesgos. También, con la ayuda de las compañías de telefonía móvil, rastreamos a personas sospechosas o posiblemente infectadas para saber en todo momento donde se encuentran y si están llevando vida social con el riesgo que eso entraña. Eso también nos sirve para la gente que está en cuarentena, pues si el móvil detecta que salió de casa, se le envía a la policía para confinarle de nuevo o sancionarle. Con todos elementos que he descrito, Taiwán ha podido detener de una forma más o menos efectiva la propagación de la enfermedad del coronavirus, teniendo en la actualidad algo más de cien casos, una cifra baja dada nuestra cercanía y relación con China.
R.A.:¿Cómo es el día a día de Taiwán con el coronavirus?
J.H.: Hasta el momento, dada nuestra experiencia pasada con el SRAS, la ciudadanía ha cooperado mucho y el gobierno ha cancelado todas las actividades masivas, pero la actividad económica sigue su curso sin interrupción. Las empresas, además, han tomado muchas medidas sanitarias y han implementado el teletrabajo. La actividad económica sigue su curso, pero, al igual que otros países donde ha llegado el coronavirus, se ha reducido algo y hay algunos sectores económicos muy afectados, a los que el gobierno de una forma urgente está ayudando con créditos blandos. Hay otro componente importante y es que el gobierno para evitar el pánico, e incluso el desasbatecimiento, intervino para que pudiéramos tener mascarillas y no se siguieran exportando las mismas a otros países. Además, el gobierno intervino y puso a numerosas empresas, incluidas algunas relacionadas con la defensa nacional, a fabricar mascarillas para la población y hoy en día producimos diez millones de mascarillas por día, siendo capaces de atender las necesidades del país e igual, si tenemos remanentes, ser capaces de ayudar a otros países que carezcan de esos materiales vitales. Nuestro gobierno, aparte de estas medidas, también regula la venta de las mismas a través de las farmacias, vendiendo solamente dos mascarillas por persona a la semana y tres para los niños en el mismo periodo, comprándolas con su tarjeta del sistema sanitario para controlar los cupos asignados a cada persona. Así ha sido posible que todo el mundo tenga garantizadas sus mascarillas para este periodo tan especial en que tenemos que enfrentar el coronavirus.
R.A.:Con esta experiencia adquirida por Taiwán, ¿qué mensaje le daría a la opinión pública para hacer frente al coronavirus?
J.H.:Los gobiernos deben ser los responsables de hacer frente a esta crisis porque son los únicos que tienen los recursos y los medios para enfrentarla. Y a la ciudadanía lo que le diría es que coopere con la administración y con el Estado porque solamente podremos hacer frente a esta enfermedad si estamos todos unidos y tenemos conciencia de la gravedad de la misma. Es difícil sortear el problema, que ya convive con nosotros, pero sí podemos evitar la propagación del coronavirus trabajando todos juntos y sin dispersar los esfuerzos, cooperando al 100% con los Estados en esta lucha que implica el trabajo colectivo.
R.A.:¿Cree que puede haber un antes y un después del coronavirus en la historia de la humanidad?
J.H.: Exacto, porque a lo largo de la historia hubo otras pandemias pero nunca con esta rapidez, casi vertiginosa, en la propagación y contagio de la población como la que estamos viviendo con el coronavirus. Pero también quiero ser crítico con algunos aspectos, como ya lo han hecho otros, en el sentido de China no fue capaz de implementar medidas eficaces para detener el coronavirus en sus inicios y avisar al mundo de la gravedad de la crisis, de la misma forma que la Orgnización Mundial de la Salud (OMS) no ha estado a la altura de las circunstancias y ha incumplido su rol, pues después de una crisis de una gravedad dramática tan sólo consideró a esta enfermedad una pandemia, algo que a mi juicio fue muy tardío. Esa tardía reacción de la OMS retrasó una reacción de muchos países para que tomaran medidas y fue un gravísimo error, perdiendo un tiempo que hubiera sido muy valioso para hacerla frente a la crisis de una forma efectiva.
R.A.:¿No piensa que esta enfermedad generará colateralmente también una recesión económica global?
J.H.: La producción va a bajar, claramente, sobre todo por el peso que tiene China en la economía mundial, pero también el consumo, ya que los grandes consumidores del mundo son Europa y los Estados Unidos, muy afectados por esta pandemia. Si bajan el consumo y la producción, obviamente, la economía mundial va a ser muy golpeada. Algunos analistas consideran que la economía mundial no crecerá ni el 1% este año y entonces, como puede suponer, el impacto será muy grande. Creo que después de contener al coronavirus, todos los países deberán tomar medidas para poder estimular las economías, ya más con la vista puesta en el próximo año que en este tan centrado en hacer frente a la pandemia. Porque despúes de la crisis viene el desempleo, golpeando duramente a la población y a los más necesitados. Tendremos que hacer un esfuerzo conjunto para superar la segura recesión, buscando la cooperación de los países más desarrollados con los menos desarrollados, que siempre sufren más estas crisis, en una estrategia internacional para superarla. En esta estrategia de la que hablo para superar la crisis, además, tendrán que implicarse todas las organizaciones internacionales financieras y los bancos de ayuda al desarrollo con fondos y ayudas.
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