A mediano plazo el poblado de Santa Fe, ciudad histórica enclavada en el corazón del occidente antioqueño, promete convertirse en un municipio central en el desarrollo económico y productivo antioqueño. Algunos de los proyectos más importantes que se están ejecutando en el departamento pasan o tocan a Santa Fe; autopistas de la prosperidad, Hidroituango, Túnel del Toyo, doble calzada y Puerto de Urabá, proyectos fundamentales para el desarrollo de la subregión y la integración económica que desde hace varios años se viene proyectando para Antioquia, especialmente con el Urabá.
Por ese motivo, pensarse el desarrollo de Santa Fe va más allá de los cuatro años que dura un gobierno e involucra un conjunto de proyectos que se articulen a los que ya están en ejecución y que progresivamente convertirán el poblado histórico en una ciudad intermedia y centro logístico con incidencia subregional. Así se presenta en el plan de desarrollo Construyendo Progreso que actualmente se encuentra en discusión en el Concejo Municipal.
¿Cómo se compone el plan de desarrollo?
Se compone de cinco líneas estratégicas, 25 programas y 10 macroproyectos. Los macroproyectos trazan las metas más ambiciosas porque plantean un conjunto de grandes obras, algunas con fuerte impacto subregional y departamental, que van más allá de los cuatro años del alcalde Felipe Pardo, entre esas grandes obras se encuentran: Ciudad universitaria del Occidente Medio, Parque Lineal del rio Tonusco, plan estratégico ciudad intermedia, economía naranja campo-ciudad y centro logístico, cada macroproyecto se articula a cinco líneas estratégica que en orden de presentación son: - Ciudad innovadora; - Construyendo progreso con sentido social; - Construyendo progreso con sostenibilidad; - Desarrollo rural y Fortalecimiento institucional. Líneas que abarcan un conjunto amplio de 25 programas concretos y cientos de indicadores de producto (acciones específicas para hacer realidad los programas) que lo convierte en el plan de desarrollo más ambicioso del occidente antioqueño.
¿Cuáles son las principales fortalezas del plan de desarrollo Construyendo Progreso?
Una de las principales fortalezas es su adaptación a las dificultades generadas por la contingencia de la Covid-19 que no solo llevó a la reformulación de algunos de sus componentes (como le pasó a todos los planes de desarrollo del país) sino que implicó diseñar estrategias y acciones que se encuentran integradas; entre ellas: estrategia local y regional de reactivación económica, campañas de consumo local, reactivación del sector turístico y campañas de educación financiera, estas medidas forman parte de un paquete de reformulaciones que no estaban en la línea base ni mucho menos en los diagnósticos iniciales, por eso, su inclusión resulta positiva. También se destaca la apertura que ha tenido la administración para escuchar sugerencias, recomendaciones y aportes, así mismo, la disposición del Concejo Municipal, presidida por el concejal verde Omar Rivera, donde han confluido muchos sectores sociales a presentar su visión de los programas y sugerir modificaciones.
¿Y sus principales debilidades?
No resulta clara la forma como las comunidades participaron en el diseño del plan, es decir, que tipo de metodologías, espacios y encuentros fueron empleados y cuales sus resultados. Esto se puede evidenciar en la pobreza de algunos de los diagnósticos que no dan cuenta de realidades concretas (especialmente del área rural) y que solo se detienen en generalidades que no consideran críticamente las brechas como por ejemplo la pobreza multidimensional que se presenta en el área rural (superior al 50%) frente a la urbana (19%).
Estos diagnósticos más focalizados permitirían que el plan fuera más integral en la proyección de sus indicadores de producto y resultado de un enfoque participativo bottom up, es decir, construido de abajo hacia arriba. Las medidas en relación con las víctimas también resultan deficientes tanto en el diagnóstico como en los indicadores. Algo paradójico ya que según se lee en su visión, el plan busca la participación activa de las víctimas “en aras de lograr la paz a través del posconflicto y la convivencia pacífica”. También puede resultar problemático el cumplimento de algunos de los 10 macroproyectos porque se esbozan muy ambiciosos y desbordan la capacidad de una administración de cuatro años.
¿Y qué sigue?
Hasta el 31 de mayo se estará adelantando la discusión sobre el plan en el Concejo Municipal, que traslado sus sesiones a la virtualidad y que para ventaja de los habitantes de Santa Fe se transmiten por el canal local. Es crucial que los ciudadanos y sectores sociales participen, presenten sus dudas, inquietudes y sugerencias frente a cada uno de los programas y sus indicadores. El presidente del Concejo, Omar Rivera, se ha manifestado presto a escuchar e integrar esos aportes a las discusiones y esa es una ventana de oportunidad que quienes estén interesados en participar deberían transitar.