Al día siguiente del triunfo electoral de Gustavo Petro y Francia, el pasado 29 de junio, León Valencia, dejó enfriar su emoción y se sentó a escribir. Casi que de un tirón se propuso poner sobre el papel más de cuarenta años de historia; momentos vividos y sufridos de los cuales fue protagonista; muchos intentos y muchas derrotas, más bien pocos triunfos que trazaron el camino hacia la victoria del Pacto histórico, la coalición de las izquierdas.
El resultado de muchos días de recordar y reflexionar es el libro La izquierda al poder en Colombia que acaba de publicar Editorial Planeta y que está en el centro de esta conversación del autor con Juan Manuel Ospina.
Juan Manuel Ospina: León, nada mejor que estar sentados en un canapé republicano y además azul, para conversar de la llegada de la izquierda al poder. Tema central de tu libro que además tiene la particularidad de estar atravesado por tu historia de vida y por tanto abundan los detalles y las anécdotas. Por esto nadie mejor que León, quien ha sido un militante convencido desde su juventud para ayudar a entender cómo logró finalmente llegar la izquierda al poder.
Una de las diferenciaciones que haces para referirte a las izquierdas es que ésta hace un mayor énfasis en los derechos ciudadanos frente al Estado mientras la derecha está más en el tema de los deberes. Interesante de mirar esto incluso a nivel de la política en el mundo.
León Valencia: Es una manera universal de mirarlo, distinta al terreno económico que es donde suele hacerse la diferenciación. Esto de hablar de derecha e izquierda es nuevo en Colombia. La izquierda se asimilaba a la guerrilla, al punto que incluso defender los derechos humanos era motivo de satanización. Ser de izquierda era visto como una cosa rara.
Juan Manuel Ospina: Pero bueno, mientras leía el libro me preguntaba ¿y del centro que? ¿El centro no ha existido en Colombia? O en realidad es algo que se queda en el terreno de lo ambiguo.
León Valencia: Si, todo aquí ha sido un poco ambiguo. En Europa es donde mejor están clasificados los sectores políticos: hay una derecha, una centro derecha, una izquierda y una centro izquierda, claramente definidas. La centro-izquierda esta vez en Colombia terminó en la izquierda, al final. Intentó tener un peso propio; intentó jugar electoralmente y no fue capaz de constituirse en un polo de atracción. Y seamos claros, Petro es un hombre de izquierda con pies de izquierda. Un día le dijo Felipe López dijo en una columna de mala leche que era un lobo con piel de lobo. Y si, Petro es un tipo de izquierda, con piel de izquierda.
Mirando el espectro político, la familia comunista, la más radical dentro domina mayoritariamente la bancada parlamentaria del Pacto Histórico; trece son comunistas; pero además hay dos ministras de esa línea: trabajo con Gloria Inés Ramírez y cultura con Patricia Ariza. Y súmele otra cuota German Umaña Mendoza, quien está en comercio, siempre se movió desde el Polo y en la UP. Y está bien, esto es hacer justicia histórica frente al sacrificio de toda esta gente de izquierda, comunista durante tantos años.
Juan Manuel Ospina: Para mí el perfil del gobierno de Petro aún no está claro en cuanto recogió fuerzas políticas de tantas procedencias. No hay una columna. Esto me suena al sancocho nacional. Que armó el M-19 cuando el proceso de paz de Betancourt. Ojalá no indigestes de sancocho nacional, pero la política es así. Dinámica. (…)
León Valencia: En este nuevo escenario es interesante ver cómo se va a mover la derecha como oposición. La tarea del gobierno es hacer énfasis en sus éxitos y minimizar sus fracasos mientras la oposición hace lo contrario: exagera los fracasos del gobierno y minimiza sus éxitos, porque ese es el papel de la oposición. Y eso no nos debe extrañar el opositor.
El buen opositor es el que más pone el foco en los errores del gobierno. Ese es el gran opositor. Había un parlamentario aquí que era fabuloso, que es robledo Jorge Enrique Robledo, el siempre encontraba el lado malo y las fallas del gobierno y siempre con una gran oratoria, una gran capacidad de estructuración. Casi siempre era votado como el mejor parlamentario. Sus debates resultaban interesantes para todos los lados.
Ahora vamos a ver a la derecha que nunca ha tenido, digamos, un ejercicio de oposición verdadera con un contrario. Algo hubo entre Uribe y Santos en el terreno de la paz. En cambio, con Petro la derecha, digamos, va a tener unas diferencias de cabo a rabo, porque el señor está con una agenda de reformas importantes desde la izquierda. Va a intentar hacerlas. Pero como en política no se hace lo que se quiere sino no lo que se puede, vamos a ver de qué tanto es capaz. Son muchos los factores que cuentan, tal como hemos visto en Chile.
El momento depende de la correlación de fuerzas. Depende también de la calidad de las reformas, de la persuasión y de la capacidad de comunicarlas, de ganarse las mayorías y de mantener mayorías alrededor de un propósito. Lleva un mes, por ahora de luna de miel, de manera que aún no se sabe cómo van a salir las cosas.
Aquí la conversación completa: