El miércoles 15 de octubre del 2020, en horas de la tarde, arribó a la ciudad de Armenia la avanzada de la Minga Social Indígena, comandada por el hermano mayor Hildo Peté.
En el transcurso de la tarde, un día antes de la llegada de los casi tres mil mingueros, en la tierra originaria de los guerreros pijaos, kindos y quimbayas se preparó la logística necesaria para recibirla con alegría y regocijo.
El jueves 16 de octubre, con una tarde colorida y cálida, Armenia se vistió de colores para el multitudinario recibimiento de aquella legión de mingueros y mingueras del suroccidente colombiano.
Fue toda una emoción y alegría el transcurso de la marcha por las principales calles de Armenia, la ciudad milagro de Colombia.
Con la mirada imponente de la esfinge del libertador y bajo un sol canicular, en la plaza de Bolívar, se instaló oficialmente la Minga Social Indígena. Casi tres mil mingueros y mingueras escucharon y cantaron al unísono el himno de la Guardia Indígena:
Guardia, guardia. Fuerza, fuerza.
Por mi raza, por mi tierra.
Guardia, guardia. Fuerza, fuerza.
Por mi raza, por mi tierra.
Guardia, guardia. Fuerza, fuerza.
Por mi raza, por mi tierra.
Posteriormente, intervinieron los voceros políticos de la minga, exigiendo y reclamando al gobierno que “el peor virus que nos está matando son los grupos armados al margen de la ley”.
Finalizando la tarde se leyó la proclama de las exigencias de la minga:
(…) Los pueblos indígenas tenemos derechos históricos y ancestrales que reivindicamos para poder seguir existiendo, la mayoría de los cuales son reconocidos en normas internacionales y en la Constitución colombiana. Esos derechos han sido y son desconocidos por los diferentes gobiernos nacionales, por lo cual hemos tenido que hacer movilizaciones reivindicativas; aunque algunos de los puntos acordados se han cumplido, casi todos se quedan en el papel y, por tanto, no podemos superar la emergencia social, económica, cultural y ambiental que vivimos, con gran peligro para nuestra supervivencia.
Vemos entonces que nuestros derechos no se respetan y, por el contrario, son atacados nuestros territorios, nuestra vida, nuestra cultura, nuestras autoridades, y nuestra existencia comunitaria.
Hemos identificado que hay impedimentos del modelo político y económico dominante en Colombia; por tanto, es necesario poder incidir sobre dicho modelo. Con una movilización política iremos haciendo camino para cambiar la correlación de fuerzas (…).
Los indígenas señalaron que en caso de que el presidente Duque no los atienda en Bogotá, no descartan tomar acciones de hecho en la vía Panamericana. Sin embargo, el objetivo de la minga es explicarle al pueblo colombiano que en sus territorios los están asesinando diferentes grupos armados y que "el Estado ha incumplido el acuerdo de paz”.
Reacciones
Ante el silencio del gobierno nacional por los 167 homicidios contra líderes indígenas en este año, la minga decidió movilizarse y buscar un diálogo con el presidente Iván Duque Márquez, con el fin de que les brinden garantías para vivir en paz. “Tenemos un presidente que no quiere escuchar a su pueblo”, dijo el consejero mayor, Ferley Quintero Quinayas en el diario la Crónica del Quindío.
- “Hay un virus en nuestros territorios del que ni el tapabocas ni nadie nos ha podido proteger: el virus del asesinato y del irrespeto a nuestras comunidades”, señaló uno de los líderes de la minga, en rueda de prensa.
- "Esos que llaman indios enfrentaron guerrillas, paramilitares, narcos y al Estado opresor.
Eso que llaman indios dejaron sus páramos, sus montañas, sus lagunas.
Esos que llaman indios se encomendaron a sus ancestros, a la madre naturaleza.
Esos que llaman indios salieron con su bastón, sus cantos, sus yajas, sus chumbes, el chirro, la coca, el mambé y sus esperanzas.
Esos que llaman indios salieron a darle un mensaje al pueblo colombiano: 'No la van a tener fácil los que desangran la nación, los que se creen dueños de la tierra y sus riquezas que son los usurpadores. No la tendrán fácil los que asesinan y siembran miedo, pues por cada indio muerto, miles nacerán para luchar hasta que se apague el sol'”.
- "Una espina verde enclavada en el corazón de un pueblo, que clama dignidad, recorre con la antorcha de heroica resistencia.
La minga con sus ollas alimentando el alma de guerreros mingueros.
La minga es pura y cristalina.
Ella es olor a leña,
Sabor a biche.
Sabor a tabaco.
La minga sabe a yuca brava, arde como la pringamosa,
Vuela como el cóndor.
Ella mambea la palabra y es ruidosa como el trueno... en sus chivas raudas como el ciclón, devorando el pavimento, sin importar la tormenta y el fuego del sol.
A la minga no la detiene ni un huracán... no la para nadie, va empujada con la fuerza en voz de gigante y con el abrigo de la Madre Tierra.
La minga es ánfora chispeante de paz, democracia y vida.
Danza con la quena, al ritmo de la lucha del pueblo
Ávido de justicia.
Ella es matiz de coca y ramas de serejé...
Vibra en el obelisco de los Andes, y arde como ramas de eucalipto esparciendo el humo en hechizo cántico de rebeldía.
A la minga la vemos en el macizo, en las montañas, en llanuras y valles colmados de fruta jugosa.
La minga es la partera del despertar de la conciencia social.
Ella late en la geografía de la raza de su pueblo.
La minga va contagiando a su pueblo de dignidad, de lucha fervorosa, alzando sus bastones en el Olimpo de la dignidad.
La minga va impregnando amor y sabiduría, en la danzarina cascada de la paz con justicia social.
¡Que viva la minga con sus chirros, con sus chumbes, con el mambé, el tabaco y sus esperanzas de gesta sabiduría!
Minga, avivas los corazones, despiertas los espíritus por donde pasas y dejas destellos de luz y esperanzas...
Que flameen las banderas, en cielo azul, hasta la victoria... Guardia, guardia, fuerza, fuerza, venciendo la muerte, hasta la última victoria.