Según el nobel de economía Paul Krugman los problemas generados con la crisis de los noventa tienen una clara similitud con los problemas de los años treinta; de igual forma, las soluciones a las crisis de estos dos periodos también tienen características comunes, por lo cual es necesario indagar de nuevo en la economía de la depresión, es decir, en los factores que conducen a una crisis económica sostenida en el tiempo.
Ahora bien, mucho se ha dicho sobre las diversas causas que llevaron a la gran depresión. Entre los que han analizado este fenómeno se suelen enlistar diferentes detonantes, así por ejemplo Joseph Stiglitz hace énfasis en que fue la falta de demanda agregada el problema fundamental, el cual a su vez es la causa del problema actual. Bajo este panorama, la solución parece ser bastante sencilla: elevar la demanda agregada; no obstante, diferentes economistas ya ha señalado que este es un asunto para el que no siempre existe una fácil solución.
De acuerdo con Krugman, el verdadero problema estriba en que, por primera vez desde los años treinta, hoy no podemos estar seguros de que los gobiernos vayan aumentar la demanda, ni siquiera de que puedan hacerlo cuando lo necesitemos. Así las cosas, está claro que el desafío consiste en crear la demanda agregada, frente a lo cual la pregunta insoslayable es mediante qué tipo de políticas y reformas es más factible conseguirlo.
Otro factor que debe ser considerado a la hora de pensar en el diseño de las políticas es el descubrimiento que ha hecho Joseph Stiglitz, quien ha señalado la correlación que existe entre el aumento de la desigualdad mundial y la disminución de la demanda agregada, bajo el entendido de que el trasfondo de la desigualdad es una transferencia de dinero de los pobres a los ricos, de quienes gastarían el dinero si lo tuvieran a quienes no necesitan gastarlo, lo cual genera como resultado un descenso en la demanda agregada.
Considerando lo anterior, parece evidente que una de las soluciones, la cual por lo demás, resulta ser una solución en términos teóricos capaz de dar respuesta a las dos dimensiones del problema económico constantemente desligadas -el crecimiento económico y el desarrollo económico- consiste en disminuir las brechas de desigualdad.
Entonces el problema pasa a ser cómo lograr sociedades más igualitarias y mediante que políticas. Si bien este interrogante resulta ser un asunto de largo aliento, ya se han realizado múltiples aportes y comentarios, entre los cuales es una verdad irrevocable que en primer lugar, para tener una sociedad más igualitaria es imperativo que exista un Estado sustentado sobre el principio de solidaridad; un sistema fiscal que grave a las clases más favorecidas y redistribuya el capital en beneficio de los más necesitados. Así como un sistema de salud y de educación con cobertura universal y de elevada calidad.