“Cuando se quiere se puede” es una frase de adorno, de esas que usan las personas para coronar a quien por medio de sacrificios y dificultades logra alcanzar una meta. Particularmente le tengo cierta resistencia, dado que no me parece tan apropiada en todos los escenarios.
Tiene un arma de doble filo, pues por un lado te muestra a una persona con pasión, pero del otro puedes notar unas fallas enormes en la dirección del país o región donde habita ese ciudadano ejemplo, y si a esa frase le contraponemos un “no tengo dinero” “no tengo experiencia” “no tengo trabajo” “los bancos no me prestan” “tengo discapacidad” y la favorita “no tengo palanca” ¿que sucede, se acabará la heroicidad? de eso quiero comentarles en esta columna, lo difícil que es ser un soñador, un visionario, sin dinero en un país como Colombia.
Ante este titular: “Niños valientes se arriesgan cruzando un río para llegar a clases” ¿que podemos concluir?
- Esos niños son unos berracos, un ejemplo y si quieren estudiar.
- La ineficacia del gobierno que no les garantiza transporte y vías apropiados.
Entonces el día que uno de ellos por falta de fuerzas no llegue ni siquiera al río o si este está muy caudaloso, razones por las cuales obviamente faltarán a clases ¿por eso ya no son valientes, ni quieren estudiar?
Es de admirar el esfuerzo que muchos hacemos para lograr un objetivo, pero ello no debe ser tomado como cortina para tapar las graves falencias y desigualdades.
Tomemos otro caso, lo que se vive entre colegios públicos y privados en estos momentos de cuarentena respecto a la posibilidad de continuar las clases. La solución es obvia, implementar plataformas educativas virtuales para dictar clases en línea, como si lógicamente están haciendo los colegios privados ¿pero y qué será de la suerte de los chicos de colegios públicos? ¿será que para nuestra sociedad clasista y juzgadora ya no serán berracos, porque no dan sus clases y no enfrentan la contingencia? esos jóvenes que dan clases en salones con incómodas situaciones climáticas, sin dotación, con pésima infraestructura o una vez más calificamos de vagos a esos profesores que trabajan con las uñas, con hacinamiento de estudiantes, quienes tienen que vivir y cooperar muchas veces las situaciones de vida de sus discípulos además de estar siempre vigilantes al gobierno para que no desmejore su labor.
Profesionales que quieren estudiar postgrados, pero que no están empleados y no encuentran facilidades de financiación ¿cómo hacemos? en un país que solo habla de créditos y nada de becas o comodidades para el acceso y la permanencia.
El país está diseñado para que la clase pudiente y dominante se mantenga en su status quo, pues sólo ellos pueden acceder a cosas de calidad y sólo ellos sin el mínimo esfuerzo pueden pagarlas, por eso también es que en los altos cargos y buenos puestos escuchamos los mismos apellidos, pues los únicos que cumplen los perfiles allí solicitados son los mismos personajes.
La manera más común de medir la desigualdad en el mundo es el Coeficiente de Gini, una medición que va entre 0 y 1, en donde 0 es equivalente a la completa igualdad. Colombia con un índice de 0,53 ocupa el cuarto lugar en el mundo, según el informe “Taking on inequality” del Banco Mundial en 2016 (Reporte de BBC News Mundo del 2 de julio de 2018)
El sacrificio, eso que en realidad debería ser la excepción se ha mantenido como la generalidad y esto apoyado y sostenido por los medios de comunicación. Así las cosas el futuro de un colombiano está prácticamente definido, si naces rico vas a tener un mundo de deliciosas posibilidades, pero si naces pobre serás un don nadie, claro, a menos que te sacrifiques y ello implica exponer tu integridad, hacer cosas indebidas, ser explotados, desmejorar tus derechos, etc y si superadas todas las dificultades logras ser lo que quieres, no creas que todo se ha superado, viene algo igual de complicado, te hablo de las palancas. No palancas, no party.