La gran mayoría de los municipios del país cuenta con un altísimo porcentaje de sus pobladores en situación de calle, siendo esto un “hecho que se convirtió en paisaje”
El nuevo Gobierno, dentro de sus propuestas, bien podría implementar un programa que involucre la acción ciudadana, confabulando con ello el consabido ambiente crítico que alimentan los medios de comunicación tradicionales, con lo que se lograría sin lugar a dudas que la ciudadanía en su conjunto contribuyera activamente en el cambio, actuando desde lo que sabe, desde lo que tiene, desde lo que le sobra, y aún, desde lo que le estorba, en un proyecto conjunto de participación ciudadana que emprenda acciones conducentes a eliminar para Colombia el creciente problema de Habitabilidad en Situación de Calle.
Hoy como nunca, cuando existe mucha fuerza ciudadana sin utilizar frente a un Gobierno que plantea un cambio profundo, es importante pensar en cómo dinamizar ese potencial de tal manera que contribuya a la depuración de ciertas condiciones de vida que de manera histórica han hecho mella en nuestra sociedad.
Si el voluntariado de ciudad que realiza acciones a favor del habitante de calle, ya sea de carácter privado o eclesial se uniese, y fuese respaldado utilizando complementariamente lo que la institucionalidad viene desarrollando, reorganizándolo todo desde la Academia (Unión de Universidades), ello contribuiría de manera determinante a resolver positivamente la preocupante situación de calle que afecta, distorsiona y degrada ostensiblemente la calidad de vida en las regiones.
Para lograr el cometido, es necesario entonces que la institucionalidad -revisando lo existente- establezca un programa que convoque a la academia, la industria, a la empresa pública y a la privada, a los comerciantes, las iglesias, al sector educativo, los medios de comunicación, a la fuerza pública y a la sociedad en general, para que apliquen sus conocimientos, sus excedentes, sus servicios y principios, sus aportes, el manejo de la espiritualidad, su acompañamiento, sus medios de difusión, su logística, su labor voluntaria, sus experiencias de tiempos pasados; todo con la finalidad exclusiva de construir para cada lugar afectado una gran “Ciudadela Inn”, cuyo propósito específico sería el de vincular a un proceso de resocialización a los habitantes de calle, para lo cual deberá disponerse - desde una minuciosa logística inclusiva - de los recursos de todo tipo que sean necesarios para llevar a cabo la tarea de tal manera que todo sea ejecutable en un mismo lugar, el cual, gracias a su amplitud y versatilidad, logre generar un ambiente comunitario de sana convivencia, con un amplio sentido de libre expresión y plena participación.
Hoy por hoy los verdaderos cambios, los auténticos, son aquellos que le corresponde asumir a la sociedad en su conjunto. Son todo un "reto de país".
