La magia de Barranquilla proviene desde antes de ese 7 de abril de 1813 cuando fue declarada villa por parte del Gobierno de Cartagena en ese entonces, pues su progreso ha sido imparable hasta la actualidad.
Barranquilla es un símbolo nacional de una sociedad que atañe un multiculturalismo de talla mundial, pues desde sus orígenes hasta el sol de hoy es el lugar de encuentro de múltiples generaciones, razas, culturas e ideologías que conviven entre sí.
Siguiendo los rastros del pasado de nuestra ciudad nos encontramos con una Barranquilla que pasa de ser Villa a Distrito municipal en 1858, y luego en 1993 se convierte en Distrito especial, Industrial y Portuario.
No podemos dejar a un lado que la reciente historia de esta ciudad ha estado llena de nombres y apellidos políticos reconocidos, y que para bien de ellos o para bien social o ambas, han desencadenado que la historia mercantilista de progreso empresarial y portuario se desarrolle, pues desde las últimas administraciones la ciudad ha cambiado su cara, algunos la acusan de maquillaje otros de renovación facial, pero lo cierto es que está cambiando, pues su naturaleza como tal es renovarse época tras época.
La Barranquilla contemporánea se ha vestido de noticias de progreso, concepto basado en el desarrollo de una ciudad “competitiva” y en el desarrollo de infraestructura en todos sus temas, en pocas palabras como dicen acá, basado en prebendas empresariales y cemento a dos manos, para bien o para mal esa es la razón para que las recientes administraciones de esta ciudad hayan gozado de popularidad positiva, pero también es cierto que han dejado lunares y vacíos que amenazan la sostenibilidad a futuro de una ciudad que ha tenido pocas estrategias para incentivar comportamientos de amor propio, pues aun los presupuestos que se destinan a la cultura ciudadana siguen siendo irrisorios si los comparamos con el de otros aspectos como el de seguridad, que a propósito en 2013 la percepción de inseguridad se ubica alrededor del 27%, cifra aún alta para una ciudad en crecimiento. (Barranquilla Como Vamos 2013)
Teniendo en cuenta los pasos que damos en estos 202 años como sociedad, lo que podemos ver a largo plazo en el futuro es una ciudad reconocida a nivel mundial por su progreso dentro de una economía emergente, una sociedad que pese a las problemáticas internas, levanta su bandera con su propio concepto de progreso, arraigado a las Mega Obras del Cemento y a la internacionalización de su economía, una ciudad donde los extranjeros dejan de serlo, y en donde los extraños se convierten en propios, una ciudad donde se fusiona el sabor caribe con la formalidad que tienen sus empresas, una ciudad donde los estratos se pierden con su fiestas, donde la mirada al río magdalena es el símbolo de nuestro progreso, donde los parques tuvieron sus cuidados y se han innovado con tecnología, donde los problemas de siempre no han desaparecido pero sí que se han encontrado mecanismos de ajuste para su control, quizás para muchos esto suene al sueño capitalista, o a la humanización del sistema económico vigente, pero solo seremos lo que nos propongamos como ciudad, solo dejaremos huella si seguimos los pasos y escalones que nuestra historia ha dejado como ciudad multicultural, pujante y progresista.
Fotografía y Nota por @DiegoVitola7
