Mi experiencia a bordo.
Esta semana viajaba con mi esposa desde los Estados Unidos, me dediqué en esas 3 horas que tardó el vuelo desde Miami a Bogotá a observar atentamente lo que ocurría en cabina, lo cual me llevó a elaborar un Panorama de factores de riesgo en salud de lo que sucede en un vuelo comercial.
Como médico con experiencia en salud ocupacional noté de inmediato al momento del abordaje que la Tripulación de Cabina de Pasajeros (TCP) seguían las normas de seguridad en salud sugerido por la empresa, llevaban cada uno de ellos un par de guantes para evitar la propagación del COVID 19 y la enfermedad que este ocasiona; no menciono a la aerolínea, tampoco tomé videos ni fotos de lo observado pues no se trata de un comportamiento fuera de lo común de lo que ocurre con otras empresas de aviación, pues todas cumplen con los mismos protocolos para el control de riesgos en salud de sus empleados.
Bueno, como decía, todo muy iba bien hasta que el personal Auxiliar de Vuelo o TCP empiezan su servicio y como siempre con su amable sonrisa ayudan a levantan el espaldar de las sillas, entregan audífonos, capacitan en cuanto a los elementos a usar en caso de emergencia como máscaras de oxígeno o chalecos salvavidas etc., ayudan a acomodar el equipaje en los compartimientos y finalmente comprueban que todos estos estén bien cerrados y todo esto con los mismos guantes; hasta este momento las medidas tomadas por la empresa cumplen con las normas de salud ocupacional.
De otra parte, los pasajeros no se quedan atrás con sus propios protocolos de seguridad, algunos con medidas extremas para evitar el contagio con el COVID 19, muchas de ellas difundidas por las instituciones de salud de las diferentes naciones; se limpian sus manos con gel anti-bacterial, algunos llevan guantes, otros con mascarillas con diferentes niveles de protección, bufandas, cachuchas, gorros de lana, pañuelos ceñidos en sus caras y hasta con pasamontañas que simulan una escena de una película de terrorismo en los aires.
Después de observar estas escenas viene la acción, poco tiempo después del despegue viene la parte más esperada del viajero, cuando las Auxiliares de Vuelo (TCP) ofrece el servicio a bordo anunciado desde la cabina del capitán.
En ese momento aparecen las Auxiliares de Vuelo (TPC) con sus guantes puestos, como mencioné antes, para protegerse de algún contagio; ya para entonces resulta igual que los guantes sean los mismos o no por lo que veremos a continuación.
Se empiezan a repartir los deliciosos alimentos y bebidas a cada pasajero, desapareciendo de sus rostros como por arte de magia los diferentes elementos de protección y nos olvidamos por un momento de la amenaza del temible Coronavirus.
Con cada vaso con agua o soda, latas, galletas, chocolates, papas fritas, el sándwich de pollo y la indispensable servilleta hay un constante toque de manos, en todos estos intervienen los mencionados guantes de las diferentes Auxiliares de Vuelo (TCP); ya para cuando la distribución llega a los últimos puestos del avión sus guantes han estado en contacto con más de una centena de manos y estas a su vez también han estado en contacto con quien sabe que cosas más aparte de alimentos; por lo que tal vez entre ellos hallamos estado recibiendo en esa merienda además del COVID 19, otras cepas de Coronavirus, u otros virus como la Influenza, Hepatitis B, Herpes o bacterias como Estreptococos, Estafilococos, E.Coli, algunos hongos e incluso el ADN de muchos de los pasajeros tocados inconscientemente por mencionar algunos de los más conocidos.
Finalizado el convite, y para reafirmar esta guerra biológica, se repite el proceso a la inversa (con los mismos guantes) en la recolección de los desechos no consumidos como empaques, vasos, residuos de alimentos y hasta servilletas esta vez contaminadas con fluidos orales y nasales los cuales recibe la Auxiliar de Vuelo (TCP) también tocando inconscientemente las manos del viajero enfermo o no, ya no importa, porque al final todos hemos estado en contacto con el Coronavirus o con cualquier agente patógeno viral o bacteriano.
Lo más curioso de todo esto es lo que sucede después, los pasajeros se colocan los elementos de prevención nuevamente, …. pasamontañas etc., con una sensación de seguridad de que no ha pasado nada, limpiándose sus manos con la toallita húmeda desinfectante y luego finalizan pasándola por sus labios.
Al bajar de la aeronave encontramos al personal de salud del aeropuerto cortándonos el paso, nos entrega una encuesta de riesgo de salud para el COVID 19, luego nos toman la temperatura y nos informan el resultado; mi esposa y yo nos salvamos de permanecer aislados o en cuarentena debido a que él termómetro nos registró como afebriles < 37°C (98°F), esta acción da al viajero la misma sensación de seguridad; pues, están seguros que en ningún momento han estado en contacto con el virus.
La Prevención.
Primero que todo las Auxiliares de Vuelo (TCP) sí recibieron protección con sus guantes, pero a costa de un gran riesgo involuntario hacia los pasajeros.
Algunas sugerencias a tomar en cuenta, pues con emergencias como la actual hace que las políticas y protocolos de seguridad cambien.
1) Tomar la temperatura o hacer una encuesta al bajar del avión no previene nada, pero antes de subir sí, ya que el pasajero febril, sintomático con tos o sospechoso por la encuesta, podría no viajar o colocarse en forma aislada como en los hospitales, en la parte posterior del avión destinándose una fila especial para ellos, colocando cortinas y suministrándoles por parte de la aerolínea los elementos de protección para evitar la propagación de la enfermedad.
2) Los refrigerios y las meriendas son innecesarios en viajes cortos, por lo que se deben eliminar; en viajes largos podría entregársele a cada pasajero una bolsa con los alimentos en la sala de espera, antes de abordar con una respectiva bolsa donde deberá depositar sus desechos, y así se evitaría toda esa cadena de contagio y el riesgo que conlleva este acto.
3) La alimentación de los pasajeros como se viene haciendo actualmente genera otro tipo de riesgo que pasa desapercibido, pues en caso de una emergencia real o una rápida evacuación, esta se complicaría debido a la obstrucción de los pasillos y las salidas de emergencia como consecuencia de este servicio.
4) Este servicio a bordo puede limitarse a solo bebidas solicitadas por los pasajeros en casos de necesidad, en envases cerrados y extremando las normas de higiene de cambiarse de guantes con cada atención, de esta forma el personal de la Tripulación de Cabina de Pasajeros (TCP) podrá brindar un mejor servicio y además centrarse en atender los casos de emergencia que puedan surgir, ya que su función principal es garantizar la seguridad y comodidad de los pasajeros durante el vuelo.
Se continuarán cometiendo errores tanto individual como colectivamente en este asunto de la prevención, pero al aplicar estas normas de higiene y seguridad arriba citadas ayudarán a evitar que el COVID 19 u otras enfermedades que surgirán en lo futuro se propaguen en forma rápida y para que el viajar en avión se convierta en una actividad mucho más segura.
Eduardo E. Pastrana MD.
