En medio de la creciente ola de criticas a su proyecto de reforma a la Salud, que incluyó reparos de tres de sus ministros, el presidente Gustavo Petro decidió cortar las primeras cabezas en su gabinete.
El primero en salir fue Alejandro Gaviria, ministro de Educación, quien hace un mes, cuando el proyecto fue presentado, levantó la mano para formularle las primeras críticas. Adicionalmente, su nombre volvió a aparecer como firmante de una carta filtrada a los medios en las que él y sus colegas de Hacienda y Agricultura y el director de planeación señalaban que la iniciativa carecía de sustento fiscal.
Con Gaviria se van también las ministras del Deporte, María Isabel Urrutia y Cultura, Patricia Ariza.
La salida de Gaviria ha sido interpretada como una solución a sus desacuerdos irreconciliables con el presidente. La de las dos ministras como parte de los acuerdos burocráticos con lo que Petro estaría buscando fortalecer el apoyo de las fuerzas políticas representadas en el Congreso.
La crisis ministerial fue anunciada durante una alocución presidencial transmitida por televisión. En ella Petro anunció que los partidos políticos presentarían proyectos de modificación a los artículos de la reforma con los que no están de acuerdo.
Reivindicó su decisión de seguir impulsando el cambio por el cual fue elegido.
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