La Cancillería y la Organización para las Migraciones OIM realizaron un experimento escolar, para demostrar lo fácil que es caer en estas redes ante la propuesta de los tratantes de personas.
Me dejó impactada el experimento:
Reunieron a alumnos que actualmente cursan los grados décimo y once del colegio público Gustavo Rojas en Bogotá. Muchos piensan que se tratará de alguna conferencia de algún tema académico. Se sorprenden cuando aparece en el escenario del auditorio un hombre elegante, con un carácter arrollador, vestido de traje y corbata, que da la sensación de ser alguien muy serio.
El hombre, Javier Ávila, que se presenta como ejecutivo de una pomposa multinacional llamada Work & Trade International, se gana la atención de los jóvenes con una sola pregunta: ¿Quiénes quieren ganarse seis mil dólares mensuales, trabajando en hoteles de lujo en destinos paradisíacos? Ahí la respuesta al unisonó: Yo. Todos los estudiantes, con los ojos llenos de ilusión, levantaron la mano como si les estuvieran dando la receta de la felicidad.
El presentador les va explicando la tentadora oferta, adornándola con una supuesta experiencia empresarial, con hermosas fotos de hoteles en países exóticos donde van a trabajar y con unas facilidades que la multinacional le ofrece a los aspirantes, que incluye un préstamo para los pasajes, visas y pasaporte, al igual que cursos de inglés y capacitación hotelera; todo libre de los seis mil dólares que se ganarían. Es una súper oferta.
En ese momento, Javier, ya tiene totalmente convencido al público. Se escuchan comentarios de los jóvenes, algunos dicen que con eso le comprarán una casa a su mamá, se compran el aparato electrónico que tanto desean o que visitaran aquel país que tanto añoran. Los rostros de los jóvenes siguen sorprendidos e ilusionados con la extraordinaria oportunidad que les proponen. La propuesta final es aún más osada. Javier saca una pila de contratos y pregunta a los jóvenes: ¿quiénes están interesados en firmar el contrato con nosotros ahora mismo? Más de la mitad de los presentes levantan la mano y un grupo de asistentes reparten los contratos. A pesar de estar escritos en inglés, algunos están dispuestos a firmar de inmediato.
Un profesor del plantel educativo se sube al escenario y le arrebata el micrófono al presentador, diciendo a los jóvenes que no firmen porque todo es parte de una mentira.
Así comienza este experimento escolar que forma parte de la campaña “Ante la trata de personas reaccionemos en Cadena”, de la Cancillería de Colombia y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
De este experimento se pueden analizar varias cosas:
1. Siempre pensamos que “eso no me pasa a mí”, pero siento decirle que sí le puede pasar a usted o a algún ser querido.
2. Las campañas para prevenir que más y más colombianos hagan parte de esta red de trata de personas no solo son responsabilidad del Gobierno Nacional, sino que tienen que ir de la mano de la educación de los padres o acudientes de familia.
3. Si es verdad que en la vida se deben aprovechar las oportunidades, ellas deben ir acompañadas de un respaldo que lo que se está teniendo en frente si es una oportunidad y no el comienzo de una pesadilla.
En agosto del año pasado se viralizó en las redes sociales un video con el hastag: #ReaccionemosEnCadena en donde algunos actores fueron encadenados en lugares públicos de Colombia para ver la reacción de los transeúntes.
Alejandro Guidi, jefe de Misión de OIM Colombia nos explicaba hoy después del “experimento escolar” que “en esta segunda etapa de la campaña se busca impactar más de cerca a los jóvenes de estratos sociales medio y bajo, víctimas potenciales de este delito. El objetivo principal con este 'experimento escolar' es hacer 'vivir' a los jóvenes una situación de engaño, a través de la misma estrategia de mentira que usan los delincuentes”, explica.
El experimento también incluye actividades lúdicas para contarles a los estudiantes cuáles son las mentiras y estrategias más utilizadas por los tratantes; algunos tips para detectar si están siendo engañados; técnicas para actuar en caso de conocer un posible caso de trata; e información sobre a quién pueden acudir para solicitar ayuda.
Al final, alumnos y profesores salieron muy satisfechos por la actividad. El haber sido “engañados” les hizo entender que hay que estar muy atentos a las señales de alerta. Porque aunque esta vez el engaño no era sino una parte de un taller pedagógico, algún día podría ser una oferta real con consecuencias terribles para las víctimas. Y, como les dijo la misma vice canciller, Patricia Londoño a los jóvenes en un taller que ella misma asistió en Cali. “De eso tan bueno no dan tanto”.
Juntos, ante la trata de personas, #ReaccionemosEnCadena
@AndreaVillate
