El polémico acuerdo para blindar la negociación que se hizo público en La Habana tuvo una tras escena reveladora. El jefe de la negociación, Humberto de la Calle se invistió de su condición de jurista y no disimuló su alegría frente al texto final logrado, una actitud que acompañó el general Óscar Naranjo. No fue igual la reacción de Sergio Jaramillo y la de el general Mora quienes mantuvieron un silencio acompañado de ceños fruncidos que resultaron elocuentes. Disciplinadamente debían aceptar el texto de un acuerdo que no los dejaba satisfechos. Las reglas de la mesa son no comentar sino a través de comunicados conjuntos.
En la mañana habían llegado a La Habana los asesores Enrique Santiago y Álvaro Leyva para estar pendientes de la redacción de la letra menuda del texto que después de más de seis horas de trabajo pudo leerse a las 5:00 p.m. Los representantes de los países amigos, pero sobre todo la delegación Cubana y Noruega, no escondieron su satisfacción, consciente de que este acuerdo era la condición para imponerle el ritmo que la negociación necesita.