¡Sea su propio jefe, trabaje y disfrute su tiempo libre! ¡Crezca su red de contactos y entre a un negocio que ha incrementado los ingresos de miles de millones de personas! ¡Sea como nosotros, llámenos! ¿Quiere adelgazar? Llámeme ¿Quiere plan celular gratis? Llámeme.
¿A quién no le suenan familiares este tipo de frases? Sí, se trata de las mismas utilizadas una y otra vez, a diestra y siniestra, por las personas que dicen trabajar en prestigiosas y millonarias empresas multinivel. Las he visto de todos los tamaños y tipos, como especímenes que se reproducen sin control y sin nadie que las vigile o que nos cuide: de nutrición, de belleza, de salud, de crédito, de publicidad en internet y ahora hasta de telecomunicaciones… La lista es larga, pero hay una que captó particularmente mi atención porque no creí que el ingenio humano llegara a ese nivel de sinvergüencería.
Conocí a Flash Mobile por un amigo, al que otro amigo de un amigo, del amigo del amigo —ya no sé si son amigos— le dijo que era posible trabajar en un lugar donde no existen los horarios, las oficinas o los informes de media noche. Con respeto e ingenuidad (tampoco tenía nada mejor que hacer) lo escuché con atención y pretendí que me importaba.
Multinivel para mí es el término lindo, el eufemismo para decir pirámide. Sí, PIRÁMIDE. Esas mismas que tanto dinero le han quitado a personas incautas llevadas por la siempre atractiva promesa del dinero fácil. Seamos claros, en estos esquemas alguien siempre pierde. Hay un vencido y un vencedor, alguien que es víctima y un victimario, uno que trabaja y el otro que se la gana fácil. Y en esta oportunidad encontré una compañía de telefonía que ofrece servicios gratis con mil y un asteriscos a cambio de, ¿adivinen qué?, ¡una cadena de amigos que traigan más amigos!
Como en el libreto, empezaron los: “oiga, mi amigo se hizo en el primer mes siete millones, renunció a esa oficina donde lo explotaban y ahora el tipo está montado”. Pregunté qué había que hacer y, como en el libreto, la respuesta indicaba que debía entrar “debajo” suyo, poner casi un millón de pesos y usar y recomendar el servicio que Flash Mobile ofrece. Todo okay hasta ahí. Mi amigo y Flash Mobile eran mis nuevos proveedores de servicio de telefonía... si la historia terminara ahí no habría maldad en el mundo, pero entonces llega el: “Pero si quiere ganar más y que ganemos los dos, meta a cinco personas debajo suyo: su mamá, su tía, su hermana y su primo Juan Pablo”, solo páguele a Flash Mobile la membresía y conviértase en un Team leader. ¡Ah¡ y dicen que cuentan con el respaldo de ACN (no sé, esas siglas tipo DMG suenan sospechosas).
El resto es historia patria: “afíliese conmigo y queda debajo de mí, luego metemos cinco personas debajo suyo que yo le ayudo a conseguir y así ellos meten más gente”. El esquema de las multinivel es excelente al convertir a todos en magos de las ventas, expertos que se las saben todas y son genios de la persuasión, pero que son crueles con quienes, por falta de astucia, no logran la cuota de conseguir más amigos. Los abandonan y van por otros más.
Fingí interés por la propuesta de mi amigo, pero al verlo desesperado tratando de convencerme de una manera tan desmedida, entendí que “ser mi propio jefe” es directamente proporcional a mi habilidad para graduarme como “culebrero”. Entrar a Flash Mobile es convertirme en una operadora de televentas implorando consumo de datos y minutos 24/7. No quiero ser yo quien alimente una cadena tan perversa como esta.
Aquí les dejo una de las noticas que ha salido en medios: Logística Flash Colombia, en la mira de la SIC por desviación de clientela y Superindustria impone medidas cautelares contra la empresa Flash Mobile. Solo piense que si así es al comienzo, cómo será al final.