¡Cómo pasa el tiempo! Ya son 30 años sin Rafael Orozco

¡Cómo pasa el tiempo! Ya son 30 años sin Rafael Orozco

La noche del 11 de junio de 1992 la muerte golpeó en la puerta de la familia Orozco Cabello, y ocho disparos abrieron ocho orificios en el cuerpo de Rafael Orozco

Por: Alejandro Cabezas Guerrero
junio 09, 2022
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¡Cómo pasa el tiempo! Ya son 30 años sin Rafael Orozco
Foto: @Rafaelorozco

Hace 30 años, entrada la noche del jueves 11 de junio de 1992, fue ultimado en la puerta de su residencia al norte de Barranquilla el cantautor vallenato Rafael Orozco Maestre; ocho proyectiles de arma de fuego acabaron con la vida del precursor del vallenato romántico.

¡Cómo pasa el tiempo! Recuerdo la mañana del 12 de junio claramente; dos de mis hermanas habían salido temprano al colegio y como años después lo corroboré, ellas escucharon estupefactas la noticia por radio local desde la incomodidad del bus de servicio público, pero como no existían celulares ni redes sociales, en casa ni nos dimos por enterados, además, en la intimidad de nuestro hogar éramos poco dados a escuchar noticias al despertar. Posteriormente llegó la visita de mi hermana mayor con uno de mis sobrinos (casi de mi misma edad, soy el menor de la camada):

  • ¡Mataron a Rafael Orozco!

Mi madre, entre preocupada y confundida preguntó:

  • ¿Y ese quién es?
  • El cantante del Binomio de Oro —Replicó la mayor de la casa.

Quedé de una sola pieza. A mis escasos 8 años no recuerdo un dolor tan grande ya que, a la fecha, no había tenido la oportunidad de vivir ningún duelo familiar, en cambio Rafa… Rafa era como de la familia. Mis padres guardaban como un tesoro un vinilo llamado “Binomio de Oro: 1986” donde destacaban “la Candelosa”, “No pasará lo mismo” y “Sólo un recuerdo”. Lo poníamos a rodar en la vieja radiola que heredé de mis viejos así como el vinilo mismo. No olvido aquellos sábados en que la emisora “Olímpica Stereo” presentaba maratones vallenatos con los espectaculares “Mano a Mano” entre Diomedes Diaz y nuestro amado Rafa. Una de mis hermanas se pegaba al viejo teléfono de discado y llamaba a la emisora las veces que fuera necesario para votar por Rafa, su amado Rafa, nuestro amado Rafa.

Y es que la competencia entre estos dos monstruos de la música de acordeón fue memorable en los años 80s. Si bien Diomedes, el más grande de todos, arrasaba en la Costa Norte de Colombia, el Binomio de Oro mandaba la parada en las frías montañas del centro del país; tal vez por ello, por el frío de nuestro altiplano, el estilo romántico del dúo formado por Rafael e Israel fue el que ganó más adeptos; ello, sumado a sus llamativas vestimentas inspiradas en el fenómeno Menudo, coreografías impecables e instrumentación moderna, hizo del Binomio de Oro un producto de exportación comparable a la talla del Grupo Niche de Jairo Varela o a los Corraleros de Majagual de Calixto Ochoa.

Hay que ser claros, con el Binomio de Oro el vallenato presentó un vuelco conceptual; el género que hasta ese momento le cantaba a la naturaleza y eventualmente a la mujer, ahora le cantaba al amor como concepto general. Para el año 1976, Rafael Orozco, nacido en Becerril (Cesar) había iniciado su carrera junto al Comandante Emilio Oviedo, mientras Israel Romero, oriundo de Villanueva (Guajira) e hijo de juglar (Escolástico Romero), ya contaba con suficiente experiencia como acordeonero y para la fecha acompañaba al encopetado Daniel Celedón. El destino hizo que este par de monstruos se encontraran en una parranda en Barranquilla y decidieran unir caminos musicales.

Es entonces, cuando el 16 de junio nace el álbum El Binomio de Oro de Israel Romero con la voz de Rafael Orozco; retumbaron en todas las emisoras la Creciente de Hernando Marín, “Eterno enamorado” de Edilberto Daza, y “la Gustadera” del folclorista y mi buen amigo personal, Beto Murgas. Para su segundo álbum, se cambió el concepto del acordeonero como elemento principal en la carátula y el mundo los conoció así de ahora en adelante, el Binomio a secas. Revolucionaron con sus pintas, con su estilo romántico, con la implementación de instrumentos electrónicos, con un acordeón arriesgado, con la dulce voz de Rafa, nuestro Rafa.

Como en toda revolución, los puristas les cerraron la puerta y en Valledupar no se podía escuchar el nombre de aquel matrimonio, entonces, cogieron sus maletas y se fueron para Barranquilla donde los adoptaron como sus hijos amados: fueron los reyes de cada febrero cuando las marimondas y gaitas se toman la capital del Atlántico y el Binomio retribuyó quedándose allí para siempre.

Salieron del norte del país y conquistaron el resto del país en un codo a codo fenomenal con el “Cacique de la Junta”, el gran Diomedes Diaz, amigo del alma de Rafa desde los tiempos de la cometa en el Colegio Loperena de Valledupar. Entonces se arriesgaron y tomaron vuelo. Atravesaron las fronteras y conquistaron Venezuela, Chile, Paraguay, Centroamérica, y no contentos con ello, se dieron el lujo de repletar hasta los pasillos del Madison Square Garden de New York al son de su arriesgado “Mosaico de Cumbias”: las cosas hay que decirlas como son, el Binomio de Oro conquistó el mundo e internacionalizó la música vallenata mucho antes que lo hicieran Carlos Vives o Silvestre Dangond.

Pero la vida, o mejor, la muerte se atravesó en el camino y acabó con el mejor matrimonio musical de la historia, así como con el matrimonio entre Rafael Orozco y Clara Cabello, así como el vínculo entre Rafa y sus tres hijas. La maldita noche del 11 de junio de 1992 la muerte golpeó en la puerta de la familia Orozco Cabello, y ocho disparos abrieron ocho orificios en el cuerpo de Rafa y entre ellos se le fue la vida.

Israel se repuso del golpe y conformó el Binomio de Oro de América (en honor al nombre del último LP grabado por los dos), siendo hasta la fecha, una de las más importantes escuelas para nuevos prospectos vallenatos. En cambio, Clara Elena, Kelly, Wendy, Lorraine, mi familia (Binomista pura sangre), la música vallenata (la de verdad) y todos aquellos que curamos las desidias con una canción de Rafa, quedamos tristes, desamparados y solos.

Bonus (Mi Top 10 de las mejores canciones interpretadas por Rafa):

  1. Sombra Perdida
  2. Momentos de Amor
  3. Solo un Recuerdo
  4. Para adorarte más
  5. Mosaico Binomio No. 2 (Mosaico de cumbias)
  6. De nuevo en tu ventana
  7. Aquí está tu enamorado
  8. Navidad
  9. Por eso estoy aquí
  10. Relicario de Besos

 

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